La Secretaría de Salud (SSa) decretó el pasado martes 21 de abril que México entraba a la fase 3 de la contingencia del coronavirus, esto al informar que han registrado un ascenso rápido de contagios, por lo cual prevén que los hospitales sean saturados con graves casos.
Incluso han señalado que esto implicará el riesgo de que no sea posible atender a todos los pacientes y haya más muertes.
Para evitar la propagación de este virus, las autoridades sanitarias anunciaron que ampliarán las medidas de salubridad que han impuesto, entre ellas le solicitaron a la gente reforzar el aislamiento social.
Sin embargo, la pandemia del COVID-19 no sólo ha afectado la salud de los mexicanos, sino que además le ha dado un duro golpe a la economía nacional; ya que el cierre de negocios , el solicitar que la gente no salga a las calles y la ausencia de un plan por parte del Gobierno Federal para evitar este problema ha provocado que la economía mexicana se vaya deteriorando poco a poco.
Lo grave de este desgaste es que también ha provocado múltiples despidos y que el desempleo crezca en todo el país.
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Así lo indicó la columnista Isabella Cota, quien en su escrito titulado “La economía de México se descompone a pasos agigantados” apunta que esta emergencia sanitaria ha complicado la recaudación tributaria y que las ganancias de las empresas corren un serio riesgo de entrar en una crisis profunda y rápida.
“El corazón de esta crisis económica detonada por el coronavirus es la incertidumbre; la falta de conocimiento sobre cuánto durará no permite a los actores económicos, ya sean empresarios, empleados o trabajadores informales, hacer planes o saber cuándo contarán con su próximo ingreso. Salvaguardar los ingresos de las familias es, por lo tanto, una de las claves que definirán si la economía se reactiva de manera rápida o no”, se lee en el texto.
Cabe recordar que autoridades locales, gobernadores y miembros de la Iniciativa Privada (IP) han solicitado al presidente Andrés Manuel López Obrador que deje de invertir en sus megaproyectos para destinar recursos para la reactivación de la economía mexicana.
Sin embargo, el mandatario tabasqueño ha hecho caso omiso a dicho llamado y ha preferido derrochar el dinero de los mexicanos tanto a sus proyectos fallidos como a sus programas sociales cuyo único objetivo es comprar votantes para las próximas elecciones de 2021.
A continuación puede consultar el texto íntegro
Con información de El País
