Tras las sanciones impuestas por las potencias Occidentales a Rusia, por el conflicto que mantiene en contra de Ucrania, podría provocar aún más el robo de combustible en México, advierte en una investigación, International Crisis Group (ICG).
Mexican criminal groups have moved away from drug trafficking in an effort to diversify their income.
An important source of revenue now involves the theft and illicit sale of fuel – known as huachicoleo.
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— Crisis Group (@CrisisGroup) March 29, 2022
De acuerdo con la organización, señala que si bien, el gobierno de López logró “reducir” el huachicoleo al arranque de su sexenio; sus anuncios de una rápida victoria parecen apresurados.
La cantidad de robos disminuyó de 14 mil 910 casos en 2018 a 10 mil 571 en 2020. Sin embargo, en 2021 volvió a repuntar llegando a 11 mil 37, el tercer registro más alto después de los picos de 2018 y 2019.
“El aumento en los precios del combustible como resultado de las sanciones a Rusia por la invasión a Ucrania, disparará la rentabilidad del robo de gasolina y, por lo tanto, la presión sobre las fuerzas del orden”, advierte el texto.
Con base a la investigación, la cual se titula “Cómo enfrentar un problema combustible: huachicol y violencia en México”, sostiene que el combate a este fenómeno por parte del gobierno de López Obrador, se ha caracterizado por una serie de fallas estratégicas.
La protección militar resultó en un recurso provisional más que una solución a largo plazo. Esto, ya que el ejército no tiene la capacidad de proteger con eficacia 54 mil kilómetros de oleoductos, de los cuales 13 mil están clasificados como “problemáticos” y 6 mil como “críticos”.
“Lo que nos ha pasado una y otra vez es que, cuando logramos controlar un área determinada y el crimen ha disminuido, tenemos que dejarlo todo para ir tras el próximo incendio como los bomberos… lo que permite que el anterior vuelva a encenderse. Son decisiones de los políticos que buscan proteger su imagen ante los medios”, señaló un comandante a ICG.
Los cárteles y la guerra por el combustible
Los grupos criminales involucrados en este rubro delictivo, se han diversificado y aumentado considerablemente en los municipios con oleoductos desde 2017, “cuando la eliminación de los subsidios disparó el precio de los combustibles”.
Ese año, el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), amplió sus operaciones de huachicoleo y consolidó su control sobre ciertas zonas de oleoductos, en particular en Puebla y Veracruz. Al hacerlo, asesinó a docenas de huachicoleros afiliados a los Zetas. A menudo mutilando brutalmente sus cuerpos o arrojándolos en las plazas de los pueblos, explica el documento.
El Cartel Santa Rosa de Lima, dedicado sobre todo al robo de combustible, recrudeció su conflicto con CJNG en Guanajuato ese mismo año.
Actualmente las organizaciones originales de los Zetas y el Cartel del Golfo se han desintegrado, pero facciones que incluyen a Sangre Nueva Z y Grupo Sombra, siguen activas en el huachicoleo en Veracruz.
¿Cómo combatir eficazmente el huachicoleo?
De acuerdo con la organización, se requiere abordar la corrupción, reducir la impunidad y poner en marcha planes de desarrollo social focalizados. Solo así se podrá “garantizar que la lucha contra el robo de combustible no sea solo un episodio más en la fallida lucha de México por la seguridad”.
Una iniciativa que podría dar resultados concretos es la inyección de recursos para que la autoridad correspondiente, realice investigaciones especiales dirigidas a procesar los casos relacionados con el robo de combustible y la corrupción al interior de Pemex.
En cuanto a las Fuerzas Armadas, sugiere que en lugar de estar vigilando oleoductos, debería proteger a los civiles atrapados en el fuego cruzado del conflicto causado por esta actividad ilícita.
Con información de El Universal
SG