El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) a cargo de María Elene Álvarez-Buylla, no está siendo un aliado de los científicos y exfuncionarios perseguidos por la Fiscalía General de la República (FGR).
Incluso, cuando Álvarez-Buylla le presentó al presidente Andrés Manuel López Obrador un reporte sobre los supuestos malos manejos en el Conacyt por parte de algunos científicos, se sorprendieron al leer que una de las cosas que les achacan es que les pagaban hasta los impuestos.
Tal acusación es absurda, ya que en México es normal que todas las personas contratadas por una empresa privada o por una entidad pública les sea retenido el ISR para que lo reporten a Hacienda.
Incluso, el propio presidente tienen nominalmente un salario bruto (antes de impuestos) y un salario neto, que es lo que recibe tras las deducciones correspondientes.
Con base en lo anterior, da la impresión que el caso contra los 31 científicos señalados hasta por delincuencia organizada por la FGR, tenga un sesgo que más que indicios criminales, sea una campaña para desprestigiarlos con acusaciones que nada más no se sostienen.
Lamentable lo que ocurre en el Conacyt que ahora dirige el María Elene Álvarez-Buylla, un alfil más de López Obrador, que está dejando de lado el desarrollo de la ciencia y tecnología en el país.
Con información de Reforma
JZ
