¿CÓMO SE HACE UNA BUENA POLÍTICA?

VIZARRETEA-CONSTELACION-POLITICA-SEGUNDO-DEBATE
Foto: La Otra Opinión

La política se hace con la cabeza y, desde luego, con otras partes del cuerpo. El quehacer político tiene ese doble rasgo de animalidad y sociabilidad; a veces se es más animal que político, y en ocasiones la politicidad domestica la animalidad; no siempre es una constante, hay, conforme a las circunstancias, una gran variación en el comportamiento humano.

La conducta humana tiene esa complejidad que debemos reconstruir constante y sistemáticamente, considerando precisamente el animal político y su entorno, identificando lo que dice, lo que hace y lo que piensa.

Hay una estrecha relación entre el sujeto de la política y la política del sujeto, que está condicionada por sus necesidades, intereses y deseos, por esa articulación que constituye la pasión y nos muestra los alcances y límites del sujeto de poder. De ese poder del sujeto para hacer de sus deseos actos, para encontrar una consistencia lógica, en busca de una racionalidad comprensiva del actor y de los factores que le acompañan, o condicionan su quehacer político.

EL ESTILO DE GOBERNAR

La posición del sujeto en las relaciones de poder, de mando y obediencia, única que determina la manera en que actúa en el mundo de la política, que expone y responde al por qué de su actuar.

La reflexión de la política, lo político en sí, reconoce al individuo en el ejercicio del poder y en la aplicación de la ley.

Una buena política, un quehacer público, abierto y estratégico, demanda voluntad, conocimiento, compromiso y responsabilidad. Voluntad para hacer, conocimiento para saber hacer, compromiso para asumir los mejores valores en beneficio de los otros y responsabilidad para actuar con prudencia y persistencia.

Una buena política requiere un diagnóstico claro y preciso, en donde se asume que participan diversos actores y cada quien sabe qué hacer y cómo hacerlo, en los tiempos y formas adecuados, para que las estructuras, cumplan con los procesos establecidos y obtengan los resultados esperados.

EL VECINO

La buena política tiene una racionalidad de fines y medios, de recursos suficientes, de un modelo de políticas públicas que evite la improvisación o las ocurrencias.

Una buena política se hace con la cabeza, pero también con las otras partes del cuerpo; posee la impronta del organismo vivo, que debe crecer y desarrollarse de manera equilibrada en todas sus partes, que debe ser capaz de corregirse y evaluarse cotidianamente y que debe atender las demandas legítimas de y para quien se ha construido.

Una buena política, con los adjetivos que tenga, política exterior, interior, económica, social, de seguridad, debe responder a su tiempo y a quienes conforman la sociedad, debe saber utilizar el gobierno para servir a la nación.