Ciudad de Ecuador nombra ciudadano honorífico a Kim Jong-un

Mientras que la ONU ha señalado a Kim Jong un por su programa nuclear y países como México —el año pasado la SRE expulsó al embajador de Corea del Norte, Kim Hyong Gil, del país— “condenaron” una y otra vez las pruebas nucleares de norcorea; en la comunidad de Guaranda, Ecuador, el alcalde lo nombró “ciudadano honorífico” y hasta le expidió una placa conmemorativa.

La ciudad de Guaranda, a 165 kilómetros al suroeste de Quito, realizó una placa que declara al líder norcoreano como ciudadano honorífico, lo que desató ironía, indignación y duros calificativos en redes sociales contra el alcalde de esa ciudad, Ramsés Torres.

En su cuenta de Twitter, Torres justificó el reconocimiento señalando que todos deben contribuir a la paz y citando una frase de Juan Pablo II.

“Debemos contribuir a construir la paz mundial, nuestro reconocimiento a todos aquellos seres humanos que la posibilitan en favor de la humanidad”, indicó.

También publicó un comunicado en el que se aclara que el reconocimiento se debe a la declaración conjunta firmada el 27 de abril por Kim Jong-un y el mandatario de Corea del Sur, Moon Jae-In, en el que ambas naciones se comprometen a cesar cualquier acción hostil.

El documento también indica que el alcalde no estuvo presente durante la entrega de la placa y que fue una funcionaria de la alcaldía la que entregó el reconocimiento al embajador norcoreano en Ecuador, Hyon Chol.

El comunicado añade que se hará un reconocimiento igual al mandatario de Corea del Sur, así como al mandatario estadounidense, Donald Trump.

La declaración honorífica ya quedó registrada para la posteridad en un video y en una placa entregada por una funcionaria de la alcaldía.

Las redes sociales lanzaron mensajes irónicos del estilo de “Kim Jong-un llamó de emergencia a su consejo de gobierno para ubicar dónde queda Guaranda”, o que Trump tiene como prioridad en su agenda ir personalmente a recoger su placa a esa ciudad.

Guaranda es conocida en Ecuador por su desenfrenado festejo del carnaval en el que privan los excesos en el consumo de comida y licor, al igual que los baños de agua fría a propios y extraños.