Cipriano Charrez, “maestro” del cacicazgo y sus vínculos con el narco

Luego de permanecer escondido tres días, el diputado federal por Morena, Cipriano Charrez reapareció en el Palacio Legislativo de San Lázaro. Se presentó en el recinto tras el accidente automovilístico en el que murió un taxista calcinado el pasado sábado.

El morenista se presentó para dar su versión de los hechos en los que –asegura– él no iba conduciendo la camioneta que provocó el siniestro. Sin embargo, la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo afirmó a través de un comunicado, que Cipriano Charrez Pedraza, era quien conducía el vehículo.

Don Cipriano hará hasta lo imposible para librarla, como lo ha hecho en ocasiones anteriores.

Y es que, en el municipio hidalguense de Ixmiquilpan parece que el tiempo se ralentizó  y desde hace años su ayuntamiento es el escenario de una grotesca imagen del poder, donde la familia de los Charrez Pedraza usufructúa diputaciones y puestos edilicios, preservándose en sus cargos mediante el uso de la violencia y el terror.

Cobijados primero a la sombra del PRI para más tarde emigrar al PRD, al PT, luego al PAN y ahora a Morena, los hermanos Pascual, Cipriano, José y Vicente Charrez Pedraza, han protagonizado en los últimos diez años una serie de encuentros y  desencuentros familiares mostrando el grado de descomposición política a que han llevado al ayuntamiento asentado en el corazón del Valle del Mezquital.

Años atrás quedó registrada la causa penal 7/II/352/2011, en la que pormenorizaba el enfrentamiento a golpes entre su Cipriano y sus hermanos, a unas semanas de que el primero asumió el cargo de alcalde.

En este municipio no hay más ley que la de los Charrez, quienes en la más absoluta impunidad exhiben su prepotencia como trofeo en las redes sociales como aconteció en mayo del pasado año cuando el hijo del expresidente municipal, apareció en su Facebook mostrando armas de alto poder y de uso exclusivo del ejército.

Ya con antelación, don Cipriano había mostrado a los habitantes de un municipio donde en su mayoría son indígenas que luchan por salir de la pobreza, parte de su riqueza personal y sus excesos al aparecer con bellas mujeres en costosos autos último modelo.

Otra de las polémicas en las que se ha visto involucrado el hoy diputado federal Cipriano Charrez Pedraza surgió la noche del domingo 3 de agosto de 2014, cuando el entonces alcalde panista permitió la presentación musical del cantante de narcocorridos Alfredo Ríos, “El Komander” en la Expo Feria Ixmiquilpan.

Ese mismo año, una investigación de la DEA sacó a flote que Cipriano no solamente tenía nexos con el crimen organizado, sino presuntamente formaba parte de él.

Charrez tenía nexos en Houston con Abel Treviño Junior, un empresario del transporte al que las autoridades americanas habían detenido el 23 de abril del 2008, al desmantelarse una red de trasiego de droga desde nuestro país a diversos estados de Norteamérica.

Junto con él, cayeron 17 cómplices, pero a su retorno a la actividad delictiva parece  que encontró en el exalcalde, el aliado idóneo para reclutar gente que sin saber a qué se iba a dedicar –les decían que serían capacitados como soldadores–, podría hacer las veces de burreros o choferes de camiones para proseguir, bajo otra apariencia, con el lucrativo negocio.

Otra de las acciones controvertidas del hoy diputado federal de Morena, fue cuando el 15 de agosto de 2013, siendo presidente municipal, colocó la banda presidencial al Cristo de Jalpa, durante una misa en la iglesia de San Miguel Arcángel.

Pese a todo lo anterior, Cipriano Charrez ha quedado impune. Ostentoso  sin un dejo de vergüenza, recorre en sus vehículos las empobrecidas calles de Ixmiquilpan, está ligado al narco, fan de los narcocorridos y ahora, involucrado en la muerte de una persona. Ahora de Morena, ¿la librará en esta ocasión?