¿Se acabaron las adjudicaciones directas como prometió por tantos años el ahora presidente de México, Andrés Manuel López Obrador?
Aunque fueron largos años de críticas y promesas por parte del oriundo de Macuspana cuando era oposición del Gobierno en turno, por disminuir este tipo de contratos, actualmente la Administración Pública Federal de la llamada “Cuarta Transformación” continúa con la misma tradición del pasado, pues tres de cada cuatro contratos en promedio son entregados por esta vía, en comparación con el sexenio anterior, con Enrique Peña Nieto.
Y es que al parecer este 2020 le gustó a la 4T para ser el año con más adjudicaciones directas federales, pues de acuerdo con una investigación realizada por la organización Mexicanos contra la Corrupción e Impunidad (MCCI), la base de datos del sistema electrónico de información pública gubernamental en materia de contrataciones públicas, CompraNet, más del 70 por ciento de las compras y adquisiciones de insumos de este gobierno han sido a través de asignación directa y a sobre precios.
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La investigación revela que al cierre de julio de 2020, la BASE DE DATOS DE COMPRANET contiene información sobre 84 mil 372 procedimientos. De estos, 65 mil 156 han sido entregados por vía de la adjudicación directa, equivalentes al 77.2% del total, mecanismo en el que el gobierno decide unilateralmente a quién se le va entregar un contrato sin que haya un proceso de competencia y liberación. Mientras que la licitación pública ha sido utilizada 10 mil 786 veces, es decir, el 12.8% de las ocasiones.
Si bien, actualmente por la pandemia de coronavirus (COVID-19), las instituciones de Salud tienen una situación jurídica especial que les permite utilizar esta figura como mayor flexibilidad para poder adquirir material y equipamiento necesario para la atención de pacientes enfermos, esto no quiere decir que se libran de posibles irregularidades, como ha sido ampliamente documentado con los casos de los contratos asignados para la adquisición de ventiladores a familiares de funcionarios públicos.
Pues al analizar el comportamiento mensual de las adjudicaciones directas, puede notarse de inmediato que no hay grandes cambios de este año con el anterior, pues si se restan los contratos de las instituciones del sistema de salud, así como de la Secretaría de la Defensa y Marina (que también son afectadas por el decreto que flexibiliza el uso de las adjudicaciones directas), el porcentaje de éstas es, incluso superior, llegando a 82.5%.
Es decir, el MCCI, detalla que en dependencias que no están directamente relacionadas con el combate a la pandemia de COVID-19, se ha ejercido con mayor oportunidad este método de contratación.
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Lo que pone en evidencia “el uso y abuso” de esta forma de contratación, que no es atribuible a las compras realizadas para atender la pandemia, sino que forma parte de una costumbre cultivada por todos los gobiernos, que hoy continúa vigente y, además, se utiliza con mayor intensidad en la administración pública.
Así que regresando a la pregunta del principio del texto, la respuesta es evidente. A dos años de haber tomado las riendas del Gobierno de México, Andrés Manuel López Obrador, no es más de lo mismo que las administraciones anteriores, ¡ES PEOR!
Pues en el pasado mintió, actualmente sigue mintiendo y por lo que hemos sido testigos, en cuanto a las adjudicaciones directas, son y seguirán siendo el método de contratación favorito del actual gobierno y uno de los problemas que abre más posibilidades para el desperdicio de recursos, el tráfico de influencias y, en general, para la corrupción y la impunidad en el país.
Con información de MCCI e Infobae
AIS
