El presidente Andrés Manuel López Obrador podría convertirse en ejemplo mundial sobre cómo combinar la tecnología con el pretexto de la seguridad nacional para bloquear la obtención de imágenes aéreas durante las protestas sociales.
Eso fue lo que hizo el primer mandatario el pasado lunes durante las manifestaciones de los colectivos feministas que confluyeron en el Zócalo Capitalino para conmemorar el Día Internacional de la Mujer.
Los inhibidores de drones que portaban elementos de las fuerzas armadas apostados en la azotea de Palacio Nacional impidieron que se tomaran videos o fotografías aéreas de esa jornada de protesta que tuvo un clímax violento en la muralla metálica colocada frente a Palacio Nacional.
Los sofisticados e intimidantes aparatos que muchos confundieron con armas de fuego impidieron que los drones de los medios de comunicación funcionaran en el espacio aéreo de la Plaza de la Constitución.
Durante las marchas de hace un año hubo varios videos tomados desde el espacio aéreo, en los que se podía apreciar los grandes contingentes de mujeres que partieron desde diversos puntos de la ciudad para confluir en la plancha del Zócalo.
El Universal publicó toda una galería fotográfica compuesta por imágenes, incluidas varias del Zócalo, tomadas por varios de sus reporteros gráficos precisamente con drones.
Pero para las marchas del pasado lunes, el presidente de la República no quería saber nada de drones. Quizá quería evitar que se difundieran a nivel mundial imágenes con tomas abiertas de los disturbios que provocaría la gran valla metálica que ordenó colocar frente a Palacio Nacional.
Y lo logró. Todos los videos y fotografías publicadas en medios de comunicación y en redes sociales sobre la violencia junto al muro metálico de Palacio fueron tomados a ras de tierra.
Dice el vocero del presidente, Jesús Ramírez Cuéllar, que se ordenó el uso de los inhibidores de drones para evitar vuelos sobre Palacio, “por ser un área reservada por seguridad”.
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¿Entonces por qué usarlos específicamente durante la realización de los actos de protesta del pasado lunes? ¿Esperaba el gobierno un ataque de las feministas con drones o con otro tipo de aeronaves? ¿Tanto era el temor del gobierno que primero colocó una gran valle metálica y luego sacó a relucir los inhibidores de drones? ¿Si ya no hay marchas feministas ya no hay amenaza aérea?
La única referencia que se tiene en el mundo del uso de inhibidores de drones para boicotear una protesta social nos remite al 19 de diciembre del 2019, cuando el gobierno de Catalunya los usó para impedir que drones con propaganda de grupos separatistas sobrevolaran el Camp Nou de Barcelona. El argumento fue el mismo que el del gobierno mexicano: por seguridad.
El uso de los inhibidores de drones, la valla metálica frente a Palacio y la falta de pericia de las autoridades federales y locales para controlar manifestaciones, hizo que la jornada de protesta fuera también una jornada de agresiones en contra de las mujeres.
Entre quienes fueron víctimas de agresiones directas podemos contar a manifestantes, mujeres policías y mujeres representantes de los medios de comunicación.
Pero bueno, ayer el presidente volvió a defender el muro metálico y las decisiones tomadas de cara a la protesta feminista, con el argumento de que el pueblo lo apoya.
En esa lógica, las mujeres que protestaron de manera presencial y de manera digital no pertenecen al pueblo. Mientras que el “pueblo bueno” respalda al presidente en su comportamiento misógino.
OFF THE RECORD
**DOS VARAS
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad solicitó y obtuvo una orden de aprehensión en contra de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, acusado de trata de personas en su modalidad de explotación sexual. Bien.
En cambio, Félix Salgado Macedonio, acusado de violación por varias mujeres, es aún el candidato de Morena al gobierno de Guerrero y todos los días recibe espaldarazos de “ya sabemos quién”. Algo anda mal.
**MORENA VS PES
El INE ordenó el retiro de un spot del Partido Encuentro Solidario de Hidalgo en donde aparecían menores de edad. Lo curioso es que la queja fue presentada por Morena, el partido al que el PES se mantiene pegado desde el 2018 para intentar sobrevivir.
¿Será que en Hidalgo el tiburón y la rémora no se llevan bien?
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