Todo parece indicar que la cena organizada, Alfonso Romo, jefe de la Oficina de Presidencia, y Carlos Salazar Lomelín, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), para que los empresarios compraran ‘cachitos’ de la “no rifa” del avión presidencial fue ilegal.
Sí, de acuerdo con ‘Templo Mayor’ de Reforma, el encuentro donde el presidente, Andrés Manuel López Obrador, ofreció a los integrantes de la inversión privada tamales, chocolate y boletos para el sorteo de septiembre próximo, pudo haber violado el artículo 218 del Código Penal Federal.
Tal acción del tabasqueño se puede encuadrar en el ilícito de concusión, esto sin importar que el nuevo “pase de charola” se haya suscitado en un domicilio privado o en el Palacio Nacional.
Ahora, solo resta esperar para ver si un personaje de negocios, que asistió a dicho cónclave, se sentirá agraviado y tendrá el valor de denunciar los hechos.
Con información de Reforma
