Como consecuencia de la alta demanda de servicios fúnebres en la Ciudad de México, alcaldías capitalinas han comenzado labores para “ampliar” el espacio en panteones por lo que incluso han comenzado a cavar más fosas para evitar la acumulación de cuerpos.
La primera en adecuar la medida fue Iztapalapa, en donde trabajadores de los cementerios de San Lorenzo Tezonco y San Nicolás Tolentino han comenzado las labores en un área de al menos 15 hectáreas para poder dar sepultura a las víctimas del coronavirus.
Por su parte, el camposanto de San Lorenzo Tezonco destinó hasta seis hectáreas para apoyar a las familias que sufrieron la pérdida de sus conocidos a casa del COVID-19, incluso podrán ser enterradas aquellas personas que sólo fueron sospechosas de portar el virus.
Pese a que el Gobierno de la Ciudad de México recomendó la cremación de las víctimas, según el Protocolo de Actuación Interinstitucional para el Manejo de Personas Fallecidas por Sospecha o Confirmación de COVID-19, los parientes han decidido optar por la inhumación, motivo por el cual la alcaldía autorizó la implementación de estos espacios.
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Hasta el momento, los trabajadores han tenido que utilizar overoles desechables con capucha, cubrebocas y guantes; envuelven el féretro con varios metros de plástico y proceden a enterrarlo, esto como medida sanitaria.
