¿CASTIGARÁN CATÓLICOS AL “PECADOR” AMLO EN URNAS?

Todos lo saben, en especial los católicos mexicanos. Saben que López Obrador, su gobierno y su partido están entre los mayores “pecadores”

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Todos lo saben, en especial los católicos mexicanos. Saben que López Obrador, su gobierno y su partido están entre los mayores “pecadores”.

Y es que el presidente, su partido y su grupo mafioso violentan a diario más de uno de los “diez mandamientos de la Ley de Dios”.

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Sí, a diario, López y su mafia dan falsos testimonios y mienten; roban todos los días y en todo el gobierno; solapan la ola criminal que vive México, en su alianza con el crimen organizado; codician los bienes ajenos y usan el nombre de Dios en vano, con el nombre del partido, Morena.

Por eso, frente a un gobierno de “pecadores” como el de AMLO, obliga preguntar: ¿Qué papel jugará la Iglesia Católica en la presidencial del 2024?

El tema es reiterado en comederos políticos y en las casas de campaña presidenciales. Y si bien pocos aceptan el debate, lo cierto es que la influencia de la Iglesia Católica puede resultar determinante en la contienda presidencial.

Y no es un asunto menor, sobre todo si recordamos que poco más del 80% de los mexicanos se declaran católicos. Sin embargo, el verdadero problema para el grupo en el poder –el presidente, su partido y su potencial sucesora–, es que la jerarquía católica se ha convertido en uno de los sectores más críticos del fallido gobierno de Obrador.

Más aún, si la candidata, Xóchitl Gálvez actúa de manera inteligente, no sería descartable que se sumará a su causa un aliado más, que sería precisamente la jerarquía Católica. Claro si no es que, al final, los jefes del claro no se venden al mejor postor.

Por lo pronto, la de los católicos es una de las voces más críticas del fallido gobierno de AMLO. Y un ejemplo lo vimos el 20 de junio del 2023, cuanto las campanas de iglesias y templos de todo el país repicaron en memoria del primer aniversario luctuoso de los sacerdotes Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, asesinados en Cerocahui, Chihuahua.

En la peculiar protesta, convocada por la Conferencia del Episcopado, también se realizó un memorial por todas las víctimas de la violencia en el país; un repique de campanas que, al mismo tiempo, es “un clamor de justicia, como refrendo de nuestro compromiso para construir la paz”.

Pero tampoco es la primera protesta contra la violencia en el país, por el mal gobierno de Obrador. El 3 de julio del 2022, Ramón Castro, obispo de Cuernavaca cuestionó el fracaso presidencial frente a la violencia y el crimen.

Así lo dijo: “Nunca será lícito ni legal que la autoridad civil claudique de su responsabilidad en materia de seguridad y paz social, para eso tienen el poder y el uso legítimo de la fuerza. ‘Abrazos, no balazos’ es demagogia y

hasta cierto punto complicidad. Autoridades no fallen, cumplan su función, garanticen con hechos la paz.

“Siendo realistas reconocemos que hoy la violencia es un signo de los tiempos porque la percibimos como un fenómeno generalizado constante que está caracterizando nuestro tiempo y a la vez expresa necesidades y aspiraciones humanas que deben ser atendidas”. (Fin de la cita)

Días antes de esa declaración, la jerarquía católica había dado a conocer –a través de en reportaje difundido por el diario Excélsior–, que anualmente, por lo menos mil 400 iglesias de distintas denominaciones religiosas de todo el país, “registraron robos y daños a su patrimonio”.

Según el Centro Católico Multimedia, las bandas del crimen organizado han encontrado en sacerdotes, pastores e iglesias del país, una “nueva veta” de extorsión, que incluye cobro de piso, cuotas, amenazas y chantajes a cambio de “protección”.

Incluso, en muchas regiones del país abundan las parroquias que no llevan a cabo la fiesta patronal, sin el permiso y cobro de la cuota respectiva por parte de la banda criminal dominante, según la zona de que se trate.

Todo ello sin contar con el robo de limosnas, arte sacro, instrumentos musicales y hasta el saqueo de letras de bronce de las iglesias. Es decir, que todas las denominaciones religiosas y sus templos son una poderosa fuente de riqueza para las bandas criminales.

Lo curioso es que las agresiones, amenazas y extorsiones a sacerdotes por el crimen organizado saltaron a la luz pública luego del crimen de jesuitas en Chihuahua, a manos de un matarife del “Cártel de Sinaloa”.

El asesinato le dio la vuelta al mundo y confirmó que en México las mafias criminales son un poder paralelo y creciente, frente al poder menguante del Estado, en especial en los primeros cinco años de la gestión de AMLO.

Pero también es cierto que a muchos católicos no les importó el llamado de sus sacerdotes para no dejarse engatusar por un demagogo como López.

Vale recordar que semanas antes de la elección presidencial de julio de 2018, en la celebración dominical en la Basílica de Guadalupe, el Arzobispo Primado, Carlos Aguilar Retes, habló claro y fuerte y pidió prudencia al emitir el voto y no dejarse llevar por las encuestas.

Así lo explicó a los asistentes a la Basílica de Guadalupe, frente a la proximidad de las elecciones presidenciales: “Lo tengo que decir; que no sean las encuestas las que decidan por nosotros, sino (que) nosotros (debemos) decidir con nuestro voto”.  insistió que los católicos “deben ejercer un voto razonado, reflexionado, pensando en el futuro y que no sean las encuestas las que decidan por nosotros”.

“Pero el llamado más importante del Arzobispo Primado fue cuando pidió a los católicos mexicanos “fijarse bien qué candidato ayuda más a garantizar estos valores: vida, familia, educación y libertad religiosa, valores fundamentales para crecer y desarrollarnos”.

“Y frente al proceso electoral dijo que los católicos “hoy tenemos la responsabilidad enorme de elegir a nuestros gobernantes, a quienes van a guiarnos en los próximos años por ese camino; es una responsabilidad social del católico no abstenerse de votar; tenemos que ir a la urna y elegir con plena libertad, en secreto, viendo la propuesta que busque no sólo el beneficio personal, sino el de toda la sociedad”.

“Al final llamó “a pedirle a María de Guadalupe un pueblo en paz; queremos un pueblo en desarrollo, donde los valores del Reino de Dios se expresen, y colaboremos unos con otros… Pidámosle a nuestra Madre, que a todos nos mueva para esta corresponsabilidad social, con el cariño y el amor que le tenemos. ¡Que así sea!”. (Fin de la cita)

Está claro que no pocos sacerdotes y jerarcas católicos pudieran hacer la diferencia en la elección presidencial del 2024.

¿Escucharán los creyentes el mensaje de sus líderes espirituales?

Al tiempo.