Además de los casos que no son registrados por falta de pruebas, parece que las cifras de personas fallecidas por COVID-19 continúan sin estar actualizadas debido a que la validación de los documentos de defunción pueden retrasarse incluso hasta dos meses.
Pese a que cada día el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, realiza el informe del número de contagios y decesos, la realidad es que esas estadísticas corresponden a personas que murieron varios días atrás.
De acuerdo con una investigación del periódico Milenio, las fechas indicadas por el doctor López-Gatell, en donde aseguró que las autoridades son notificadas con un desfase entre 9 y 36 días, sin embargo, en realidad se prolongaría hasta 60 días.
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Es por ello que durante los últimos días se ha registrado un aumento en el número de infectados pues, la gran mayoría, ocurrieron semanas atrás; es decir, por una “mortalidad no observable” según lo explica el subsecretario, que se suscita cuando el paciente muere sin haber sido sometido a una prueba de laboratorio.
Con información de Milenio
