Candidata de Morena en Edomex se opone al progreso

A casi dos años de la presentación del proyecto de construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) –ocurrida en septiembre de 2014–, son tres los frentes en los que se obstaculiza el avance de la obra que debería quedar finalizada para 2020.

En un primer frente encontramos la inestabilidad financiera –acentuada en los días por el Brexit–, ha provocado que el presupuesto para la obra aumente de 104 mil 396 millones de pesos previstos en el proyecto original a 180 mil 122 millones 684 mil 677 pesos.

En un segundo frente, los expertos aseguran que para garantizar el éxito del proyecto será necesario resolver varios problemas de infraestructura en la Ciudad de México relacionados con la seguridad, la movilidad y el impacto ambiental.

El tercer frente que pone en riesgo el proyecto más ambicioso en el sexenio de Peña Nieto tiene que ver con la ubicación de una parte del aeropuerto. El hecho parece irónico –por tratarse del Estado de México, bastión del priísmo–; pero la sección del Aeropuerto ubicada en Texcoco se ha traducido en verdaderos problemas para el proyecto.

Probablemente sea que, en este momento, Texcoco está gobernado por la oposición al PRI: Morena y Movimiento Ciudadano. Ambos partidos se han encargado de entorpecer el proceso de construcción del nuevo aeropuerto. De hecho, días después de que se anunció el proyecto, la entonces Presidenta Municipal de Texcoco, Delfina Gómez Álvarez, argumentó que no otorgaría el permiso para el inicio de las obras de construcción hasta que el gobierno federal le presentara el proyecto.

Lo anterior es relevante porque la señora Delfina Gómez Álvarez fue ungida como la candidata de Morena al gobierno del estado de México. O si lo prefiere, que una de las opositoras al proyecto estrella de la entidad, competiría por gobernar el estado.

Según la alcaldesa, el argumento en contra del aeropuerto es una defensa a los intereses del pueblo de Texcoco: protección al desarrollo urbano y al medio ambiente, así como en torno a los problemas viales. La alcaldesa amenazó con organizar a marchas y movilizaciones en caso de que el gobierno federal se negara a proporcionar información o entablar mesas de diálogo.

Luego de las amenazas de Delfina Gómez, el Secretario de Economía, Ildefonso Guajardo respondió afirmando que “la al­caldesa no es la autoridad correspon­diente respecto de los permisos que el Gobierno Federal debe obtener para llevar a cabo la obra, pues aseveró que ese es un proceso que se realiza ante el cabildo local”.

Poco después, Gómez se retractó. Declaró que no podía estar en contra de un proyecto benéfico para los texcocanos y que no se opondría a la construcción del aeropuerto. La alcaldesa aclaró que todo fue un problema de comunicación. Delfina también dio marcha atrás respecto al tema de las movilizaciones, afirmó que tales medidas resultan extremas y dijo confiar en la negociación.

Sin embargo, Delfina Gómez Álvarez renunció a la presidencia municipal –en 2015–, con el fin de obtener una diputación federal con las siglas de Morena. El proyecto de Delfina se concretó por el principio de Mayoría Relativa. Desde esa posición, la política sigue siendo férrea opositora al proyecto del nuevo aeropuerto.

En 2015, la ahora diputada integró –junto a Higinio Martínez y otros representantes de Morena– una comisión que se encargó de presentar a funcionarios del Gobierno del Distrito Federal el proyecto alternativo con el que Andrés Manuel López Obrador pretendía ahorrar 100 mil millones de pesos en la construcción del nuevo aeropuerto.

Y apenas el pasado 12 de junio, Gómez Álvarez fue designada por su partido como “Promotora de la Soberanía Nacional en el territorio mexiquense”, situación que la coloca en una posición favorable de cara a las elecciones para gobernador en el Estado de México el próximo 2017, en las que ya aparece junto a Higinio Martínez como la principal aspirante a ser la candidata lopezobradorista.

La diputada no ha dejado pasar el tiempo: la semana pasada —en lo que según sus propios términos representa una medida extrema—  encabezó una marcha desde el Ángel de la Independencia hasta el Zócalo al lado de maestros, estudiantes y miembros mexiquenses de Morena para exigir, entre otras cosas, la destitución del Secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong por el conflicto de Nochixtlán, Oaxaca, así como el castigo a los responsables de los enfrentamientos en dicha población.

¿A caso representa Delfina Gómez un riesgo para el proyecto más ambicioso del sexenio de Enrique Peña Nieto? ¿La mayor resistencia a la construcción del aeropuerto podía provenir del estado que por tantos años ha sido el bastión del PRI? Parece que el enemigo está en casa.

Luego de lo anterior, vale la pena preguntar, ¿quién es Delfina Gómez Álvarez? A pesar de haber ocupado diversos cargos –Profesora, Auxiliar de Proyectos y Directora Escolar– en la Secretaría de Educación del Estado de México entre 1982 y 2012, y de ser una figura de peso en el Sindicato de Maestros al Servicio del Estado de México, la ex alcaldesa de Texcoco apareció en el mapa político hasta el año 2013, cuando —sin estar afiliada a ningún partido—  fue presentada como candidata de Movimiento Ciudadano para la presidencia municipal de Texcoco.

Tras imponerse en las urnas, Gómez Álvarez inició un periodo de gobierno con una característica muy particular: prácticamente todo su equipo de trabajo se conformó por familiares del experredista, exmilitante de Movimiento Ciudadano y ahora afiliado a Morena, Higinio Martínez Miranda, su padrino político. Durante el periodo en que Delfina Gómez estuvo al frente de la cabecera municipal, las áreas de Tesorería y Seguridad Pública, así como las Direcciones de Agua Potable, Drenaje y Alcantarillado, entre otras fueron ocupadas por el hermano, la nuera, el tío, la prima, el esposo de la prima y otros personajes ligados a Martínez Miranda, quien —cabe destacar— ya había sido edil de Texcoco entre 2003 y 2006, y actualmente ocupa de nuevo el cargo.