Bocanada de oxígeno contra corrupción las palabras del Papa

Durante su visita a México, el Papa Francisco se ha pronunciado en contra de la corrupción. Por ejemplo:

Hace unas horas, en Morelia, Francisco pidió no caer ante la tentación de resignarse frente a la corrupción.

En su primer discurso –en Palacio Nacional–, el Pontífice advirtió que “cada vez que buscamos el camino del privilegio o beneficio de unos pocos en detrimento del bien de todos, tarde o temprano, la vida en sociedad se vuelve terreno fértil para la corrupción, el narcotráfico”.

Y también en Ecatepec, estado de México, Francisco llamó a impedir una sociedad de pocos y para pocos donde prevalecen las tentaciones de la corrupción.

En entrevista para La Otra Opinión, el Doctor Marco Fernández –investigador de México Evalúa y profesor de la Escuela de Gobierno del Tec de Monterrey–, celebró el énfasis que el Pontífice ha puesto en el combate a la corrupción.

Para Fernández, es un acierto que Francisco recuerde que la corrupción afecta a quienes menos tienen. Y es que los más vulnerables son también los que cuentan con menos formas de protegerse de los abusos de poder o de recibir favores de autoridades corruptas.

Para Marco Fernández es positivo que el Papa recuerde que la sociedad no debe resignarse, que se hable con franqueza del tema y que invite a seguir combatiendo las malas prácticas.

En estos momento, el Doctor Fernández investiga los retos que deberá enfrentar el Sistema Nacional Anticorrupción y admite que, en ocasiones siente la necesidad de “tirar la toalla” pues el problema es más grande de lo que muchos quieren reconocer.

Sin embargo, el experto también aceptó que el llamado de Francisco es una bocanada de oxígeno para quienes trabajan estos temas; para quienes saben que la situación actual es insostenible y para quienes reconocen que el escenario complejo que se vive en el presente no debe verse como una condena del futuro que viene.

Finalmente, Marco Fernández recordó que las palabras del Papa no son sólo para la clase gobernante pues, cuando se habla de corrupción, la responsabilidad es de la autoridad que se deja corromper pero también del ciudadano que corrompe al servidor público. Es así que el mensaje de Francisco es para todos aquellos –servidores públicos o ciudadanos–, que se benefician de los actos de corrupción.