A diferencia de la inoperancia, ineptitud, ineficacia, indolencia e impunidad que distinguió a la administración anterior, el recién llegado gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, enfrentó y detuvo a quienes bloquean caminos y carreteras.
Este lunes, la procuraduría michoacana detuvo a 52 presuntos normalistas que habrían cerrado una caseta de cobro.
Según se dijo, el medio centenar de manifestantes fue trasladado a las instalaciones de la Procuraduría General de Justicia del estado. Y según el gobernador Aureoles, en su administración no se negociará la ley.
Bien por Silvano Aureoles.
Qué bien que en Michoacán se promueva el Estado de derecho y el respeto por la ley.
Qué bien que alguien haga algo.
Qué bien que se ponga un freno a la grosera impunidad que marcó el gobierno del fallido gobernador Fausto Vallejo y de su reemplazo, Salvador Jara.
No obstante, es de suma importancia exigir que la impartición de justicia sea eficaz, eficiente y equitativa.
Es decir, que el gobernador está obligado a sancionar a todos los que incumplan la norma.
O si lo prefiere, que las acciones del Estado no deben limitarse a los reflectores mediáticos. El Estado de derecho tiene que verse en todo Michoacán. De lo contrario, el gobernador Aureoles será igual de omiso, ineficaz e inoperante que sus antecesores.