Las señales que da el Banco de México (Banxico) no son de calma. En la última reunión de la Junta de Gobierno, entre sus integrantes se externó la preocupación a la vulnerabilidad estructural de las finanzas públicas, a la cual “se añade la incertidumbre sobre el manejo fiscal de la administración entrante”.
Ante las presiones para la inflación, lejos de ceder, quedarían otra vez muy lejos del objetivo histórico de 3 por ciento incluso hasta el primer trimestre de 2020, aprovecharon esta cita para enviar un denso mensaje político a Andrés Manuel López Obrador.
Un mensaje “picante” para los colaboradores de AMLO, que trabajan permanentemente en reforzar la idea de que no detonarán el gasto público.
Cabe mencionar que, la Junta de Gobierno del banco central se congregó el 3 y 4 de octubre para discutir la política monetaria y “algunos” integrantes advirtieron sobre el riesgo para la inflación de un gasto público mayor al anticipado el siguiente sexenio.
Como se ha visto mes con mes, desde el año anterior, los energéticos siguen siendo el principal motor del alza en los precios al consumidor. Para entender esto basta ver los datos de la última quincena de septiembre, en donde las gasolinas registraron una variación anual superior a 21 por ciento y los del gas L.P. superior al 26 por ciento.
Pero no son los únicos aspectos que preocupan. El nuevo acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) no termina de ser un motivo de alivio para los integrantes, pues si bien advierten que “mitiga algunos riesgos”, la mayoría comentó que aún existe el peligro de que se prolongue o no se ratifique el acuerdo, o que se presenten retos en algunos rubros para su implementación.
Sin embargo, para “suavizar” un poco las declaraciones ante su preocupación de la entrada de la próxima administración federal, otro miembro comentó que el presidente electo y su equipo de transición han manifestado su compromiso por preservar finanzas públicas sanas.
No obstante, enfatizó que es necesario conocer con detalle las políticas públicas de la nueva administración y sus efectos potenciales sobre la productividad y competitividad del país.
La minuta de dicha reunión reveló que uno de los cinco integrantes señaló la vulnerabilidad estructural de las finanzas públicas, así como la incertidumbre sobre la política fiscal de la administración de López Obrador, como riesgos para la inflación. Cosa seria y preocupante no sólo para el equipo de transición, sino para los mexicanos.
