Bancada Obradorista en 2018, más poderosa que la peñista en 2012

Andrés Manuel López Obrador y Morena tienen “carro completo” tras las elecciones del pasado 1 de julio. Probablemente usted haya escuchado el término y que el virtual Presidente electo podrá reformar e incluso derogar reformas estructurales aprobadas en el gobierno de Enrique Peña Nieto. ¿Es así?

Vamos paso por paso. Es bien sabido que, entre los planes del tabasqueño están echar atrás las reformas Educativa y Energética, por lo que tendrían que modificar nuestra Carta Magna. Sin embargo, para ello no les basta tener más diputados y senadores que los otros partidos.

Lo anterior es de suma relevancia. La mayoría simple, donde los legisladores de un partido o alianza de partidos tienen más votos que otras fuerzas legislativas, independientemente de qué porcentaje representen.

Mientras que, la mayoría absoluta es cuando un partido o alianza logran tener los votos de la mitad más uno de los integrantes del órgano legislativo. En nuestro país, esta mayoría se alcanza con 251 de los 500 diputados federales y 65 de los 128 senadores.

Aquí viene la que es de interés para López Obrador y Morena: la mayoría calificada, la que se necesita para realizar reformas constitucionales, e implica que un partido o alianza tengan el voto de dos terceras partes de cada cámara, es decir, se necesitan a 333 de los 500 diputados y 85 de los 128 senadores, en caso de que todos los legisladores estén presentes en el salón de plenos

Así, el partido fundado por AMLO tendrá unos 307 diputados de los 500 y 68 senadores de los 128; es decir, supera los necesarios para la mayoría absoluta, pero no le alcanza para la mayoría calificada. Aunque se acerca…

Con dichos números, Morena y aliados podrán aprobar sin negociar cualquier ley secundaria, es decir, todas aquellas que no modifiquen la Constitución.

Cuando se dice “carro completo”, se hace referencia a aquellos tiempos en que el PRI obtenía la Presidencia y también todos los lugares en la Cámara de Diputados y Senadores, además de tener el control de las gubernaturas y congresos locales.

Morena no tiene “carro completo” o al menos, no debe pensarse igual a lo que presentaba en décadas pasadas, toda vez que ahora la ley establece una barrera donde ningún partido puede tener por sí solo más del 60 por ciento de los asientos en las cámaras legislativas.

Por ejemplo, el partido de AMLO necesitará aliarse con otros partidos en sus intenciones de echar abajo la Reforma Educativa. Además necesitaría que los congresos de al menos 17 de las 32 entidades aprueben también esas reformas constitucionales.

Razón por la cual en 2012, Enrique Peña Nieto planteó el Pacto Por México. A pesar de que el PRI era la primera fuerza en ambas Cámaras del Congreso tras las elecciones del 1 de julio de aquel año, no obtuvo la mayoría simple necesaria para aprobar reformas de ley ni la calificada para reformas a la Constitución.

El Revolucionario Institucional contaba con 207 de 500 curules, mientras que en el Senado tenían 52 de 128 escaños.

El Pacto por México ha sido el acuerdo más importante suscrito entre las principales fuerzas políticas –de aquel entonces–, mediante la cual se logró la aprobación de siete reformas constitucionales en el presente sexenio, el cual está por concluir.

El acuerdo político fue firmado el 2 de diciembre de 2012 entre Peña Nieto y los entonces dirigente nacionales del PAN, Gustavo Madero: PRI, Cristina Díaz; y PRD, Jesús Zambrano.

La última bancada más poderosa en el Congreso, se instaló en 1976 cuando José López Portillo fue el último en asumir la Presidencia con un partido que se llevó el “carro completo”. El PRI contó con 127 senadores y 459 diputados en la L Legislatura.

En la Legislatura LVI, el PRI tuvo un diputado de elección popular por cada uno de los 300 distritos electorales, pero para la elección intermedia, el expresidente Ernesto Zedillo perdió 61 curules.

El último Presidente de la República que llegó bajo las siglas del priismo en el siglo pasado tuvo que cohabitar con un poder Legislativo en el que la mayoría absoluta era cosa del pasado, con 239 legisladores tricolores.

Luego de las pasadas elecciones del 1 de julio de 2018, Morena tendrá que pactar y negociar el voto de legisladores de otros partidos, si Andrés Manuel López Obrador de verdad planea llevar a cambio los planteamiento propuestos en campaña.