Desde la la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de México, los contratos que se ofrecieron con la Reforma Energética de sexenio pasado se han visto envueltos en una serie de controversias.
La más reciente involucra a Pemex y a la estadounidense Talos Energy, la cual hace un par de años descubrió un yacimiento,en aguas someras, llamado Zama que su ubica en la costa sur del Golfo de México, mismo que produciría cerca de mil millones de barriles de crudo.
Sin embargo, de acuerdo con Reuters, la empresa productiva del Estado estaría buscando la manera de hacerse cargo de dicho campo, y este movimiento tiene sentido, ya que a mediano plazo podría ser muy lucrativo.
El argumento que usa la petrolera mexicana para quedarse con este proyecto, es que cuneta con lo derechos de perforación en un área adyacente; y cabe la posibilidad de que el yacimiento se extienda hasta el bloque de Pemex, pero esto lo debe comprobar perforando pozos.
Cabe señalar, que ambas empresas pactaron un acuerdo preliminar el año pasado, donde quedó estipulada “una probable unificación para para evaluar la posible extensión de Zama al bloque de Pemex que establece también los procedimientos para un Acuerdo de Operación Conjunta (AOC), en caso de confirmarse la existencia del campo en ambos bloques”, informó la agencia de noticias.
En caso de que no se llegará a ningún acuerdo, la Secretaría de Energía contrataría a una empresa privada para que supervisará las perforaciones.
Si el gobierno mexicano se llegara a quedar con el pozo, no sería una buena noticia del todo, pues solo le mostraría a los inversionistas del ramo que en este país no se pueden hacer negocios productivos, por lo que se irían a naciones como Brasil y la Guayana, que están abriendo su sector energético.
