Higinio Martínez Miranda, quien ayer se destapó como precandidato de Morena al gobierno del estado de México, fue quien en mayo del 2006 solicitó un operativo policiaco en Texcoco, que derivó en el “Atencazo”, un hecho del que la izquierda lleva 15 años acusando a Enrique Peña Nieto.
El 3 de mayo del 2006, la policía estatal mexiquense desalojó a un grupo de vendedores de flores de la cabecera municipal de Texcoco; éstos pidieron el apoyo del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (los “macheteros de Atenco”), los cuales acudieron al lugar y se armó un zafarrancho.
Al día siguiente, la Policía Federal tomó el pueblo de San Salvador Atenco y detuvo a decenas de “macheteros”, entre ellos a sus principales líderes, quienes fueron encarcelados en el penal de máxima seguridad de Almoloya.
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En los hechos hubo brutalidad de ambos bandos: el 3 de mayo los “macheteros” golpearon violentamente a varios policías estatales y al día siguiente los federales agarraron parejo con hombres y mujeres.
De acuerdo con un testimonio del ex senador del PRD, Luis Sánchez, quien inició todo esto fue Higinio Martínez, en ese entonces presidente municipal de Texcoco con licencia, a quien obedecía ciegamente Nazario Gutiérrez, el alcalde sustituto.
A través de Nazario, Higinio pidió la intervención de la policía estatal para reprimir a los vendedores de flores y a los “macheteros”. El operativo policiaco se diseñó en la casa del entonces diputado local del PRD, Francisco Vázquez, en cuya azotea aterrizaban los helicópteros.
El “Atencazo”, dentro del cual se denunciaron violaciones graves a los derechos humanos, llegó hasta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en donde aún hay audiencias pendientes.
Todas las acusaciones están dirigidas hacia policías estatales y federales y hacia ex servidores públicos de la administración estatal que encabezó Enrique Peña Nieto.
Pero en el corazón de Morena todos saben de quién fue la mano que meció la cuna.
