Joshua, un seguidor del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, vigila el centro de cómputo de votos que esta ubicado en el condado de Maricopa, Arizona. Para ello, porta un AK-46 y otro rifle y pide a gritos que su sufragio se tenga en cuenta.
“Hasta que no cuenten todos los votos, no nos vamos de aquí”, aseguró este exmilitar de 38 años quien actualmente reside en Phoenix.
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Joshua decidió hacer esto al considerar que hay injusticias en el conteo de votos, para ello ha hablado con una mujer jubilada llamada Cindy Holmes quien aseguró que ha “oído” que estaban llevando papeletas electorales “fabricadas” al centro de escrutinio que podrían afectar al magnate neoyorkino.
Por otro lado, un grupo de seguidores de Trump comentan que lo peor es que “los demócratas pintaron papeletas que apoyaban a Trump para invalidarlas”. Estas alegaciones son, sin embargo, sin pruebas fehacientes.
Con información de Zócalo y Sin Embargo
MSA