Bien por Miguel Ángel Mancera, quien confirmó que este miércoles reabrirán cinco estaciones de la Línea 12 del Metro.
Bien por el jefe de Gobierno que, además, adelantó la reapertura de toda la línea en noviembre próximo.
Bien por el gobernante capitalino que asumió el costo político de cerrar la ruta de Metro que conecta el sureste de la ciudad.
Bien por el perredista que se decidió a frenar el proyecto estrella de su antecesor.
Bien porque muchos otros habrían preferido ocultar el cochinero en vez de enfrentar las consecuencias.
Bien porque Mancera resistió las críticas y cuestionamientos.
Bien porque el ex procurador capitalino no apostó por evadir el problema.
Bien porque, muy pronto, miles de capitalinos volverán a tener un medio de transporte decente.
Bien por la reapertura de la Línea Dorada.
La pregunta es, ¿ahora sí va la buena?
¿No será que, pronto, nos saldrán con que existen más fallas?
¿No volverán a posponer la reapertura?
