Antes de resolver grandes problemas, gobierno debe atender crisis emergentes

Frente a los problemas de gobernabilidad que enfrenta el país, el excandidato presidencial Francisco Labastida Ochoa, presentó un diagnóstico a La Otra Opinión.

Sobre el conflicto magisterial, el sinaloense recordó que para dialogar con los enemigos es necesario que exista una tregua. Es decir, que por lo que se ve, al gobierno le ha hecho falta apretar las tuercas para aproximarse a una solución.

A propósito de los malquerientes del gobierno federal –y de todos los que ven con malos ojos todas las acciones del presidente–, Francisco Labastida hizo un llamado a reflexionar y a recordar. Mientras que en otros años, la caída en los precios del petróleo se traducía en crisis económicas enormes; hoy día la estabilidad económica es una constante.

Más aún, la capacidad de administración de Peña Nieto ha permitido que las finanzas públicas se mantengan sanas.

Hace 16 años, durante el gobierno de Vicente Fox, los yacimientos mexicanos producían 3 millones 400 mil barriles diarios; es decir, mil 200 millones de barriles al año.

En ese momento, cada barril costaba 100 dólares. Es decir, que el ingreso anual por petróleo era de 120 mil millones de dólares.

En este momento, con los yacimientos agotados, México produce 2 millones 100 mil barriles al día; el precio del petróleo ronda los 40 dólares. En otras palabras, que al año se recibirían 30 mil millones de dólares. O si lo prefiere, el gobierno de la República recibe 80 mil millones de dólares menos que a inicios de este siglo.

Y a pesar de todo, la economía es sana, el crecimiento es modesto pero se mantiene estable, la inflación está controlada y el valor del peso sigue siendo competitivo.

Es así que, en opinión de Francisco Labastida, el gobierno federal debe enfatizar sus logros a riesgo de que pasen desapercibidos.

Finalmente, Labastida Ochoa explicó que antes de resolver los grandes problemas del país es necesario acabar con las crisis de menor tamaño. Por eso, el excandidato enumeró los tres asuntos por los que iniciaría:

Uno. El distanciamiento con la iglesia, que se resuelve con diálogo.

Dos. La “crisis” por el 3 de 3, que se atiende con un trabajo legislativo serio.

Y tres. La peculiar actitud de algunos sectores hacia la gobernabilidad. Para Francisco Labastida, la actitud de la autoridad ha sido laxa y omisa; el Estado se enfrenta a criminales y se niega a aplicar la ley. Eso, concluyó Francisco Labastida, no puede seguir así.