Anaya y Durazo tienen la misma coartada

Ambos personajes "le echaron la bolita" a la parte compradora y vendedora, respectivamente. Grandes similitudes y acusaciones, nulas sanciones y castigos, hasta el momento.

Luego de que este viernes el diario El Financiero difundiera información en la cual asegura que Alfonso Durazo compró una propiedad a Amado Carrillo Barragán, hijo del narcotraficante Amado Carrillo Fuentes, el morenista –obviamente– dijo que lo anterior era falso.

El posible próximo secretario de Seguridad Pública Federal de Andrés Manuel López Obrador, dijo haber realizado la compra, pero no al vástago de El Señor de los Cielos, sino a un particular, Gabriel Mendoza.

Durazo dijo no saber quién es Amado Carrillo Barragán y que “en todo caso, el comprador no tiene la obligación de investigar al vendedor“. Vaya funcionario federal que tendría México en caso de un hipotético triunfo de AMLO.

No sólo eso, este caso es similar al del candidato presidencial panista, Ricardo Anaya, quien a ocho meses de que el periódico El Universal iniciará una serie de reportajes cuestionando la súbita cantidad millonaria que hizo en casi trece años.

La famosa nave industrial que vincula al ex dirigente nacional del PAN con lavado de dinero fue entregada hoy a la PGR por Luis Alberto López, chofer del empresario prófugo de la justicia, Manuel Barreiro.

Como última justificación ante el probable delito cometido por Anaya, éste aseguró que la venta de la nave industrial se la hizo precisamente al empleado de Barreiro y no al dueño de la empresa Manhattan Master Plan, la cual “nació” de dicho negocio.

Es decir, todo fue una simulación entre Anaya y Barreiro, misma que confesó Luis Alberto López el cual quedó en libertad tras proporcionar información relevante para continuar con las investigaciones de lavado de dinero.

Lo que a mí respecta todo está plenamente aclarado, todos los documentos son públicos y los pueden consultar en la página de internet. Son asuntos de otra persona, y en todo caso que él dé las explicaciones, yo no tengo participación en ese proceso”, dijo Anaya el pasado 11 de abril.

Alfonso Durazo negó haber comprado un inmueble al hijo de un narcotraficante. Ricardo Anaya rechazó haber vendido una nave industrial a un empresario acusado de lavado de dinero.

Ambos personajes “le echaron la bolita” a la parte compradora y vendedora, respectivamente. Grandes similitudes y acusaciones, nulas sanciones y castigos, hasta el momento.