Análisis de los spots a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México

Durante la emisión del noticiero de Luis Cárdenas, el analista político Fernando Dworak analizó los mensajes de los tres principales candidatos a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, y lo que representan desde un punto de vista psicoanalítico.

El analista, los enumeró desde el menos claro y convincente, hasta el que mejor manejo de mensaje logró.

Inició con Alejandra Barrales, candidata de “Por la Ciudad de México al frente”, quien habla del mito de que el ciudadano decide y se empodera,y utiliza el slogan “La jefa es la ciudad”. De acuerdo con el analista, esto representa un discurso vacío sin sustento teórico, por lo que más bien parece una cápsula del “Tio Gamboin” –programa infantil de los años 80 y 90– . En resumen es un discurso vacío y deja mucho que desear.

Siguió el turno para Mikel Arriola el candidato del PRI quien en sus spots parece “acosar” a las personas al abordarlas en un tianguis. De acuerdo con el analista, Arriola es un “candidato que no tiene nada que perder” y puede jugar con el discurso del mito  del hombre fuerte. mostrando un plan de trabajo que permita a la población dejar de ser sujeto de los programas clientelares

A pesar de resaltar los 20 años de malos gobiernos de integrantes del PRD y Morena debe matizar su discurso “derechoso y de choque”, afirmó Dworak

Por último, el analista habló de la puntera Claudia Sheinbaum, donde da el mensaje de una búsqueda “casi religiosa” como si fuera la elegida de un ser divino (“ya sabes quien”). Resaltó que el uso de los beneficios que aún persisten en la mentalidad de la gente que votaría por ella es un juego muy seguro para ampliar o conservar su ventaja

Dworak resalta que es un logro este tipo de mensaje en un personaje poco carismático como Sheinbaum, que no es capaz de sonreír o mostrar una comunicación asertiva con la gente. Se logró resaltar a la candidata con los cambios de tonos de voz.

Desde el punto de vista del analista, los spots también son una forma de representar lo popular y lo sobrio. Pero tanto Barrales como Arriola incurren en abusos de ese recurso. En contraste, Sheinbaum adopta un tono sobrio y aspiracional.

Aquí puede escuchar completo el análisis de Fernando Dworak.