¿Es usted licenciado? ¿Es de clase media? ¿Es rico? ¿Tiene aspiraciones de crecer? ¿Quiere tener más de un par de zapatos para vestir? ¿Quiere ser profesionista? Si su respuesta fue afirmativa que no le sorprenda ser atacado por el actual gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Porque ya es el “enemigo“.
Y es que más que ser una “transformación” lo que se está viviendo con la actual administración, es un retroceso. Muchos dirán “no se puede cambiar todo de la noche a la mañana… bla, bla, bla”. Sin embargo, los pocos cambios que ha habido en estos tres años solo han hundido más al país de lo que estaba.
¿Han cambiado cosas? Por supuesto que sí. Tenía que ser. Muchos culpables han salido a la luz, pero muchos otros siguen siendo protegidos; y para justificar esto, y poder repetir por infinidad de veces “no somos iguales“, el presidente López Obrador no para de buscar “culpables y enemigos”, encontrándolos en todo aquél que no le hace segunda a sus pensamientos retrógradas.
Pues bien, mientras más pasa el tiempo, la lista de los enemigos de la 4T se sigue ampliando.
Por supuesto, los únicos que no figuran en ella, son los que pide abrazar o dar la mano, como a la madre del Chapo; a los que pese a desfalcar económicamente al país tienen permitido comer en restaurantes de lujo, como Emilio Lozoya; como los que pese a robar dinero del pueblo, como sus hermanos Pío y Martín, son perdonados. Y la lista sigue pero nunca terminaríamos.
Por otro lado, se ha dedicado a atacar a empresarios, periodistas, médicos, farmacéuticos, la clase media, científicos, habitantes de la colonia del Valle y recientemente a egresados de la UNAM.
¿Por qué? Porque los cambios que pretende efectuar el presidente Andrés Manuel, no les convence a todos. Expertos en la materia advierten del peligro, y esto a él le enfurece. Porque no se hace lo que él quiere.
El presidente podría estar sólo con un puñado de leales defensores de su proyecto en el corto plazo.
AIS
