De visita en Nuevo León, el candidato presidencial de Morena, Andrés Manuel López Obrador, urgió a vigilar las próximas elecciones del 1 de julio, por lo que dijo, se defenderán los votos con representantes en todas las casillas de la entidad.
El tabasqueño aseguró a sus seguidores, que hace 12 años vivió una mala experiencia al detectar 300 mil votos falsos en el estado.
López Obrador dijo que la meta es tener listos a 600 mil ciudadanos en todo el país para poder realizar la defensa del voto, es decir, el dueño de Morena pretende que cuatro militantes se instalen en cada casilla el 1 de julio.
Cabe mencionar que, en los comicios presidenciales, 150 mil de 155 mil casillas a instalar serán únicas, por lo que al de Macuspana parece que se le olvidaron unas cinco mil. Importante mencionarlo antes de que dentro de cuatro meses no salga con nueva “cantaleta”.
Y es que uno –de varios– talones de Aquiles ha sido justamente la estructura de cobertura de casillas, por lo que AMLO y sus principales operadores están preocupados para hacer ajustes y llegar a la campaña con un avance significativo para la jornada electoral.
Sin duda, el hecho de que la estructura del tabasqueño alcance para “vigilar” todas las casillas –siempre y cuando lo haga en el marco de la ley– sería un paso importante para dar certeza a la elección. O dicho de otro modo, quitaría un pretexto a AMLO para argumentar “fraude” en caso de ser derrotado.
Ahora bien, el reto presenta otro problema para Morena: ¿Cómo impactará esta estructura en los gastos de campaña del partido?
Hay que recordar que los pagos a representantes de casilla se contabilizan como “gastos de campaña”, y el rebase al tope de gastos podría ser causal de nulidad.
¿Podrá conformar AMLO un ejército de 600 mil personas dispuestas a vigilar el voto sin cobrar un sólo peso?
