El presidente Andrés Manuel López Obrador, ese hombre que siempre anda por doquier con una bandera de libertador, con un discurso pausado y lleno de odio hacía todo aquello que no acate sus órdenes o no sea servil, pasará a la historia como un autoritario empedernido.
Más allá de todas esa promesas de campañas, esa necedad por llegar al poder, esa avaricia por imponer sus ideas y esa intolerancia hacia todo aquello que no esté de acuerdo con su forma de pensar, están desgastando su gobierno y con ello, su figura política.
“Una larga vida para Andrés Manuel López Obrador, que sean muchos años tras dejar en 2024 el cargo de Presidente de México. Una prolongada existencia como un apestado, como una de las personas más odiadas del país, permanentemente recluido en esa propiedad que tiene en Palenque, tan aptamente nombrada”, dice Sergio Negrete Cárdenas, en su opinión para El Informador.
Y no sería novedad, su gobierno quedará marcada por una crisis financiera, una deplorable situación de salud producto por la pandemia de COVID-19, la censura hacia la prensa que cuestionó su gobierno y peripecias, las mañaneras que más que informar solo sirven para ser un circo mediático diario. Eso, son razones suficientes para poder detestar este gobierno de cuarta.
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Años de saber que se escribe la historia de su gobierno, libros que evita como a esos niños para no toparse con los juicios que considera tan injustos. Porque no se encuentra al lado “de Juárez, Madero y Cárdenas, como está seguro sería lo correcto, sino constantemente comparado con Luis Echeverría y José López Portillo. Años de agonía porque se le cita como el peor Presidente del México contemporáneo. Mínimo castigo al lado de tanto daño a millones, pero doloroso, como es la recurrente frase sobre los tres López: “López de Santa Anna en el siglo XIX, López Portillo en el XX y López Obrador en el XXI fueron los Presidentes que explican los retrocesos de México”.
“El hombre amargado, resentido, porque no entendieron ese proyecto que era la Cuarta Transformación. Años buscando explicar su obra extraordinaria, siempre en vano”, dice Negrete Cárdenas.
El cinismo y soberbia por compararse con Juárez, Madero y Cárdenas, personajes muy alejadas de una política de cuarta.
