A cuatro años del inicio de su gobierno, AMLO no acabó con la corrupción y su gobierno es el más opaco de los años recientes.
Cuatro años del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y el balance es de claroscuros. Evidentemente no todo es malo, pero tampoco es el país idílico que presume el presidente de la República.
Llegó al poder impulsado por una genuina exigencia ciudadana de poner fin a la corrupción. El resultado: su gobierno es el más opaco, el que más gasta sin supervisión y el que menos resultados reporta. Dar un monólogo todos los días —presentado como conferencia de prensa— no es transparencia, es propaganda.
En el aspecto económico, el gobierno se llevó un duro golpe inesperado: la pandemia de Covid-19. La economía se desplomó por la inactividad forzada, y aunque eso no es culpa de AMLO, sí lo es la incapacidad de su administración para adaptarse a la nueva realidad que les explotó en 2020. El tabasqueño se obstinó en sus proyectos, y se negó a impulsar la recuperación.
Mientras que en lo político y social, la 4T es una píldora difícil de tragar para quienes lucharon contra el presidencialismo priista. López Obrador resultó un “presidente imperial” que desprecia a la sociedad civil y que quiere desaparecer a los organismos autónomos.
Con menos de dos años para que concluya su sexenio, ya se puede afirmar categóricamente, que AMLO no acabó con la corrupción y su gobierno es el más opaco de los años recientes.
Aumento de la pobreza, el reflejo de los 4 años de gobierno de AMLO
Con información de Reforma
JZ
