A pesar de los aires de suficiencia con que frecuentemente el presidente Andrés Manuel López Obrador se refiere a la revocación de mandato, es previsible que Morena ponga todas las piedras que se encuentre en el camino para evitar que la consulta se realice el próximo mes de marzo.
Para Morena representa mucho riesgo someter a consulta la permanencia del presidente tres meses antes de las elecciones de junio del próximo año, cuando se renovarán seis gubernaturas.
El resultado de la consulta sobre revocación de mandato influirá, sin duda, en esos comicios locales, en los cuales Morena tiene amplias expectativas de quedarse con al menos tres de los gobiernos que estarán en disputa.
Y aunque en la consulta sobre revocación ganara el Sí a favor de que López Obrador se quede, podría tratarse de un aval con una votación inferior a la que obtuvo en el 2018 y con una muy baja participación, lo que reflejaría una pérdida de apoyo popular por parte del presidente.
Eso si llega a ganar el Sí para que se quede. Pero si en una de ésas la gente decide salir a votar masivamente y se impone la revocación de mandato, ya ni hablamos de las consecuencias catastróficas para Morena.
De llevarse a cabo en marzo, la consulta sobre revocación de mandato se realizaría en un contexto de alejamiento total del presidente de la clase media, que, como lo vimos en las elecciones del pasado 6 de junio, fue la que lo castigó con su voto negativo y la que le impidió tener mayoría calificada en la Cámara de Diputados.
La clase media, de por sí castigada por la crisis económica derivada de la pandemia del Covid-19, ha sido golpeada una y otra vez por López Obrador con descalificaciones y reproches.
Por la forma en que alardea López Obrador, si se realiza dicha consulta en marzo estaría obligado a obtener un porcentaje de apoyo a que continúe en el cargo superior al 53 por ciento que logró en el 2018 cuando fue elegido presidente de la República.
Así ocurrió con Hugo Chávez, quien ganó la Presidencia de Venezuela en 1998 con el 56 por ciento de la votación, y la consulta sobre revocación de mandato del 2004 la ganó con el 59 por ciento.
Fue el caso también de Evo Morales, quien en el 2005 ganó la Presidencia de Bolivia con el 54 por ciento de la votación y en la consulta sobre revocación de mandato del 2008 alcanzó un 67 por ciento de aprobación.
Para marzo del próximo año, López Obrador estará muy lejos de lograr lo que hicieron Hugo y Evo, si tomamos en cuenta que su popularidad va a la baja y que en las elecciones del pasado 6 de junio Morena obtuvo aproximadamente la mitad de los votos logrados en el 2018.
Morena puede meterle freno de mano a la revocación de mandato simplemente con usar su mayoría artificial en la Cámara de Diputados para bloquear todo intento de aprobar las normas reglamentarias de la consulta correspondiente.
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La consulta sobre revocación de mandato está contemplada en el artículo 35 de la Constitución, pero para poder llevarla a cabo es necesario aprobar una ley reglamentaria y hacer una serie de modificaciones a otras leyes secundarias, algo en lo que el Congreso ha sido omiso.
El régimen transitorio de la reforma constitucional le dio al Congreso un plazo de 80 días para que emitiera la legislación reglamentaria, mismos que se cumplieron desde el 17 de junio del 2020.
Esta legislación reglamentaria no ha sido aprobada precisamente porque Morena no ha querido. Ya hay una iniciativa presentada por el PRI, pero para el partido en el poder no ha sido un tema prioritario. Ni lo será.
Pero por si eso no fuera suficiente, Morena tiene un as bajo la manga. Se trata de un precedente que sentó en el pasado el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, cuando resolvió que una consulta sobre revocación de mandato no puede realizarse si puede afectar a quien ejercía el cargo cuando fue aprobada la reforma constitucional.
Y como la reforma que nos ocupa fue aprobada en este sexenio, López Obrador quedaría exento de verse afectado por la misma, según este criterio del TEPJF que será desempolvado por Morena cuando lo considere necesario.
OFF THE RECORD
**SHEINBAUM VIOLA DERECHOS
Trabajadores del sector Salud de la Ciudad de México exigieron a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, que respete sus derechos laborales.
Benigno Martínez Escalante, precandidato a la Secretaria General de la Sección 12 del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México (SUTGCDMX), indicó que con el pretexto de la pandemia del Covid, las autoridades capitalinas han violado los derechos laborales del personal de salud.
Indicó que Sheinbaum se negó a que el Día de la Madre y el Día del Padre se les diera el día a quienes lo ameritaban, a pesar de que dicha prestación forma parte de las condiciones generales de trabajo.
Agregó que hay mucha inconformidad por las constantes violaciones a los derechos laborales que han sufrido desde que Sheimbaum llegó al cargo.
**TROPEZÓN DE ‘LA TORITA’
El pasado sábado, Evelyn ‘La Torita’ Salgado sufrió su primer tropezón.
La virtual gobernadora electa de Guerrero fracasó en su intento de usar políticamente a los normalistas de Ayotzinapa.
Un compositor a modo grabó un corrido en honor a ‘La Torita’ en el interior de la Normal Isidro Burgos, pero lo hizo sin autorización de la comunidad.
Como respuesta, los normalistas le impidieron a Evelyn realizar un mitin en la plaza principal de Tixtla.
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