En reiteradas ocasiones el presidente Andrés Manuel López Obrador ha dejado claro que no le gusta que lo contradigan, que todo aquel que le haga ver sus errores o le demuestre cifras negativas para su gobierno pertenece a los neoliberales, conservadores o “fifís”.
Esta mañana volvió a demostrarlo luego de que presumiera los datos que entregó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en donde se informa que la economía mexicana creció 0.1% en el segundo trimestre de este año.
Caso totalmente contrario al pasado mes de mayo en donde el propio Inegi anunciaba que la creación de empleos en los primeros cinco meses del gobierno obradorista el desempleo había aumentado hasta 3.5 por ciento con respecto a la población económicamente activa.
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En aquella ocasión, el presidente aseguró que el Instituto no había querido incluir en su estadística a los miembros del programa Jóvenes Construyendo el Futuro ni a los 200 mil sembradores del programa Sembrando Vida, ya que los primeros sólo se registraron como becarios y los segundos ni siquiera se habían reclutado.
Así es como una empresa, medio o institución puede ser odiada un día y amada al otro siempre y cuando beneficie la imagen del presidente.
