¿AMLO incumplirá promesa de congelar precio de las gasolinas?

La próxima administración federal está obligada políticamente a reducir los precios de las gasolinas luego de las promesas de campaña del virtual Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, ello significa un sacrificio fiscal, como eliminar el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a combustibles.

Una más de los planteamientos dudosos o sin futuro del “mesías”, los cuales están destinados a no cumplirse.

En palabras del próximo secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, “en este momento está controlado el precio de la gasolina, no parece, pero sí. Porque el gobierno federal lo que está haciendo es bajar o subir el IEPS (…) Es lo mismo que haríamos nosotros”, expuso este miércoles en entrevista para Televisa.

Planteó que el próximo año, no habrá más gazolinazos en términos reales, pero que los precios se estipularán conforme a la inflación.

Es decir, sucederá justamente lo que planteó la administración actual y a la que culpan de los famosos “gasolinazos”, tales que no existen más a partir de la flexibilización de los precios del combustible.

El truco, el engaño, la idea populista llegó por parte de Andrés Manuel López Obrador en abril pasado, cuando en campaña, dijo que los precios de las gasolinas no aumentarían e, incluso, aseguró que congelaría los precios.

“De entrada, ya no va aumentar ninguno de estos energéticos (luz, gasolina, diésel). Se van a congelar estos precios. Ya no van a haber aumentos en términos reales de combustibles: ya no va haber gasolinazos. Y una vez que tengamos dos refinería, entonces vamos a bajar el precio de los combustibles”, dijo al inicio de su campaña.

El secreto se encuentra en la definición “términos reales“, que se refiere que en términos económicos los aumentos no serán por encima de la inflación, tal y como sucede en la actualidad, también atribuible a factores externos.

Si López Obrador quiere mandar una señal verdadera de un cambio en la política de precios de combustibles, tendrá que darse una reducción en la gasolina. Con la eliminación del IEPS se reduciría el costo hasta 1.5 pesos.

Sin embargo, el costo sería alto. El gravamen aplicado a los combustibles da las finanzas públicas 216 mil 500 millones de pesos.

Además, el plan de refinerías de AMLO parece inviable y muy poco probable. Podría haber consecuencias negativas para la economía mexicana, consecuencias fiscales y un eventual déficit presupuestario.

Es decir, Andrés Manuel, además de batallar con los tres factores los que influyen en los precios de los combustibles: el precio del barril de petróleo (externo y del cual no hay control), el tipo de cambio y el IEPS; lo propio tendría que hacer con la flexibilización de los combustibles, el cual bajo su interpretación y en su meta de cumplir lo prometido, tendría que ser eliminada. El inconveniente es que, dicha flexibilización también depende a diario de factores externos.

Asimismo, los precios del combustible serían “inamovibles” en términos reales con motivo de la inflación. El plan del equipo de Andrés Manuel López Obrador, de acuerdo con Carlos Urzúa, es mantener la estrategia de la actual administración, la misma a la que el fundador de Morena criticó tanto en los últimos años. Una cosa es la campaña, las promesas y el populismo… muy pronto el “mesías” se topará con la realidad.

¿Será que las declaraciones de Carlos Urzúa son una advertencia de que AMLO incumplirá su promesa de congelar los precios de la gasolina?