Un asunto tan simple pero tan importante como el uso del cubrebocas ha puesto en evidencia que el presidente Andrés Manuel López Obrador no es el líder de masas que pretende ser.
López Obrador parece ser el único mexicano que sigue con su necedad de no usar cubrebocas, algo en lo que por fortuna no ha sido secundado por los cientos de miles de seguidores fanatizados que aún ven en él a un mesías infalible.
Ni los gobernadores –sean de Morena o de los otros partidos– ni los líderes del Congreso, ni la jefa de Gobierno de la Ciudad de México han compartido la irresponsabilidad de primer mandatario, algo en lo que solo ha sido imitado por algunos obedientes ciegos de su equipo cercano, como el súper subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell.
El presidente desaprovechó la oportunidad que le brindaba la llegada de la pandemia del Covid-19 a nuestro país para erigirse en ese líder que está muy lejos de ser.
López Obrador pudo haber puesto el ejemplo en cuanto a las medidas preventivas que deben ser observadas para evitar el contagio del Covid-19 y pudo haber promovido un manejo serio de la pandemia, que ayudara a evitar tantas muertes y tantas situaciones de angustia.
Pero en lugar de eso, el presidente asumió una postura frívola desde el púlpito de las mañaneras. Desde el inicio subestimó la pandemia, llamó a la población a salir y abrazarse, él mismo repartió abrazos y dejó el manejo de la contingencia en manos de un funcionario cuya actuación ha dejado mucho qué desear.
López Obrador ganó la Presidencia de la República con el 53 por ciento de la votación, pero no es un líder de masas. Sus conferencias mañaneras, en las que lo mismo descalifica a medios de comunicación que insulta a sus adversarios políticos, son ignoradas por la mayoría de la población.
Ni siquiera a sus fans les interesan las mañaneras, pues de acuerdo con un análisis elaborado por la consultora Spin, solo el siete por ciento de los casi ocho millones de seguidores que tiene el presidente en su página de Facebook sigue sus conferencias de prensa.
El presidente no marca la agenda informativa como hacía cuando fue jefe de Gobierno de la Ciudad de México. El estudio de la citada consultora señala que solo el siete por ciento de los temas tocados en las mañaneras ha sido convertido en nota principal en los diarios nacionales.
Y se entiende; es difícil marcar agenda cuando en las mañaneras se habla insistentemente sobre una falsa rifa del avión presidencial, o cuando se exhiben listas negras de periodistas, se muestran estampitas religiosas o se presentan actos zalameros por parte de los jilgueros del presidente que son sentados en primera fila.
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El proceso de vacunación que apenas empieza ofrece una nueva oportunidad para ejercer un liderazgo ante la población. Pero ya no le tocará al presidente de la República. Serán otros personajes quienes, con mayor visión, capitalicen este proceso a su favor, si es que las cosas salen bien. Ya lo veremos.
OFF THE RECORD
**VOY A APAGAR LA LUZ…
No faltó el ingenioso que asoció la muerte del compositor Armando Manzanero con el mega apagón que ocurrió ayer en varias regiones del país.
La canción “Voy a apagar la luz” pareció quedar como anillo al dedo a este evento inédito.
Pero ya más en serio, hay muchos que se preguntan cuáles fueron las verdades causas de ese tremendo apagón que nunca antes habíamos experimentado en el país.
**HIJO DE SU…PAPÁ
León Bartlett, hijo del director general de la CFE, Manuel Bartlett Díaz, logró que se dejara sin efecto una inhabilitación que la Secretaría de la Función Pública había impuesto a su empresa Cyber Robotic Solution S.A. de C.V., para no poder recibir contratos durante 21 meses.
En plena pandemia, la empresa vendió al IMSS ventiladores a sobre precio y la única sanción recibida era esa inhabilitación.
Ahora, ya sin sanciones, el hijo de su papá podrá volver a venderle al gobierno, como si nada.
Parece que el apellido pesa.
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Twitter: @pepecontreras_m
