AMLO, COMO VICTORIANO HUERTA

El grado de militarización a que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha llevado al país solo es comparable a lo realizado por el dictador Victoriano Huerta, cuando ejerció el Poder Ejecutivo de marzo de 1913 a agosto de 1914.

Ante su falta de legitimidad, Huerta buscó fortalecer su gobierno con el apoyo del  Ejército Federal, herencia del Porfiriato, mediante la entrega de canonjías a los altos mandos y la militarización de la vida civil.

Guardadas las proporciones, hay algunas similitudes entre lo que hizo Victoriano Huerta y lo que ahora hace López Obrador.

Militarización de la administración

Victoriano Huerta nombró a militares en áreas clave de su administración y designó a generales como gobernadores en 27 estados. Y ya desesperado, en abril del 2014 asignó grado de general a todos los miembros de su gabinete, aunque fueran civiles.

Ordenó que todos los empleados del gobierno que tuvieran alguna instrucción militar que acudieran a trabajar uniformados e intentó militarizar todas las escuelas, algo en lo que solo avanzó parcialmente en el Distrito Federal.

López Obrador nombró dejó en manos de militares la Guardia Nacional, la construcción y operación del Aeropuerto Felipe Angeles, la construcción y operación del Tren Maya, los puertos y las aduanas. Y ahora, hasta el reparto de juguetes.

Además, nombró militares de alto rango en 25 delegaciones estatales del Instituto Nacional de Migración.

Creación de nuevos grados

En un intento por afianzar  la fidelidad del Ejército, Victoriano Huerta creó dos nuevos grados militares: General de Cuerpo del Ejército y General de Ejército, ambos por encima del grado más alto que existía, que era el de General de División.

La intención era ampliar los beneficios para un mayor número de altos mandos, pues las canonjías que hasta entonces les había dado ya no les resultaban suficientes.

López Obrador creó en días pasados el cargo de Comandante del Ejército, algo que no existía. Y, aunque no se trata de un nuevo grado militar, sí es un puesto que empodera a quien lo obtiene y que le permite al presidente tener algo más para repartir.

La decisión de Huerta de militarizar al país se entiende porque necesitaba algo que lo fortaleciera ante la forma ilegal e ilegítima en que ocupó la Presidencia de la República.

Pero López Obrador no tenía problemas de legitimidad. Ganó rotundamente la Presidencia con el 53 por ciento de la votación en elecciones libres y pacíficas. 

¿De qué le valió a López Obrador arribar a la Presidencia por la vía institucional y con un amplio respaldo popular si a final de cuentas iba a comportarse como el último dictador militar que ha tenido México?

OFF THE RECORD

**TEMPLO MAYOR DE CARTÓN

La maqueta del Templo Mayor construida en el Zócalo es un reflejo del gobierno de la autodenominada “Cuarta Transformación”: improvisación, mala calidad y manipulación de la información.

Para colmo, el Templo Mayor de cartón convocó a una multitud, sin sana distancia y con pocos cubrebocas.

¿Alguien responderá algún día por tanta irresponsabilidad?

**CONTRA LA PRESA

El presidente Andrés Manuel López Obrador se topó el pasado sábado con el “pueblo sabio”, que se opone a la construcción de una presa en El Zapotillo.

Su promesa de asumir el costo de los posibles daños no convenció a nadie. 

Por algo será.

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