Con el precio del petróleo por los suelos, el presidente Andrés Manuel López Obrador insiste en producir más gasolina en México y dejar de comprar al extranjero, porque según él, esto permitirá superar la crisis sin aumentar los precios de los combustibles, sin aumentar los impuestos y sin endeudar el país.
Es decir, el objetivo de López Obrador es llegar a 2024 con una producción de 2.65 millones de barriles diarios y reducir la deuda de más de 106 mil millones de la petrolera estatal Pemex, lo que contrasta con la realidad actual del mercado.
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Por tanto, fuentes del sector estiman que resulta muy complicado que la refinería de Dos Bocas esté terminada en tres años, por lo que resultaría insostenible su eventual rentabilidad dada la incertidumbre en la evolución del mercado mundial del crudo, mientras la deuda de Pemex no tiene perspectivas de reducirse.
Además, esta decisión llega cuando el mercado de las gasolinas en México está deprimido, no por falta de producto, sino por falta de compradores, sostuvieron analistas del sector.
