Este fin de semana, Consulta Mitofsky publicó una encuesta según la cual 65 por ciento de la población muestra poco o nulo interés en la consulta para definir el futuro del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, misma que será realizada por el equipo de transición de Andrés Manuel López Obrador el próximo 28 de octubre.
De acuerdo con la citada casa encuestadora, sólo 3 de cada 10 mexicanos (el 31.4 por ciento) dijo estar algo o muy interesado en el tema.
O dicho de otro modo, a la mayoría de los ciudadanos les “vale madres” la consulta.
Este ejercicio demoscópico echa por tierra la máxima obradorista —utilizada para justificar este tipo de encuestas— de que “los mexicanos quieren que se les consulte” sobre las decisiones de gobierno.
En septiembre pasado, luego de que el banco de inversión JP Morgan advirtió que las consultas que el próximo gobierno planea llevar a cabo “generan incertidumbre”, López Obrador respondió afirmando que “la gente quiere participar en las decisiones del país”:
“Respeto su punto de vista, nada más que nosotros pensamos y sostenemos que en una democracia el pueblo es el que manda, es el pueblo el que decide y que los mexicanos quieren que se les consulte, quieren que se les pregunte y lo mejor para no equivocarnos es preguntar”, afirmó el tabasqueño.
Además, ante las críticas por someter una consulta una decisión que debería tomarse con base en criterios técnicos en materia aeronáutica, López Obrador dijo: “la gente sabe de todo, el pueblo es sabio, los que no saben son los corruptos”.
Sin embargo, resulta que el “pueblo sabio” no está interesado en participar en la consulta de López Obrador sobre el aeropuerto.
Será acaso porque en México vivimos en una democracia representativa, donde los ciudadanos votan por representantes que se encargan precisamente de tomar decisiones como la de dónde construir un aeropuerto.
Y por si las anteriores no fueran suficientes malas noticias para AMLO, resulta del grupo de personas que dicen haber seguido de cerca la información sobre la controversia, 44.2 por ciento dijo no estar de acuerdo con ninguna de las opciones: ni construir en Santa Lucía, ni continuar con las obras en Texcoco.
Del resto de los encuestados, 39.3 por ciento prefiere la opción de Texcoco, y sólo 16.5 por ciento se dijo a favor del proyecto de Santa Lucía, que tanto han defendido López Obrador y su equipo.
