Agresión a policías y militares: en México no pasa nada ¿Y en otros países?

Esta semana, las agresiones de manifestantes contra Militares y elementos policiacos, volvieron a ser el tema central en México.

Tal es el caso de los Marinos agredidos en el Sur de Jalisco, quienes fueron acorralados por un grupo de manifestantes que los agredieron con piedras y palos, e incluso tomaron un vehículo militar para vandalizarlo con pintas en apoyo al Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Mientras que en la Ciudad de México, elementos de la Secretaría de Seguridad Pública, también sufrieron de agresiones por parte de integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), quienes atacaron a los uniformados –también con palos y piedras– cuando éstos intentaron impedir que ingresaran con autobuses a la CDMX.

Sin embargo, en México las agresiones contra elementos del estado no son consideradas un delito grave, pues en 2016 la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declaró inconstitucional el delito de ultrajes a la autoridad, previsto en el artículo 287 del Código Penal capitalino, que consideraba penas de seis meses a dos años de prisión y de veinte a cien días de multa.

Enfatizando que las agresiones contra autoridades pueden ser sancionadas con otros tipos penales como lesiones, amenazas o ejercicio ilegal del propio derecho.

Pero, ¿cuál es el castigo para la agresión a un policía en otros países?

Si bien en México, la condena por agresión a un uniformado no rebasa los dos años de cárcel, en ciudades como Nueva York las penas pueden llegar a ser de hasta 25 años de prisión, en caso de que el agente agredido resultara con lesiones de gravedad.

En Reino Unido, las agresiones contra de las fuerzas de seguridad, son consideradas como un delito grave, y en menos de 48 horas se puede dictar una sentencia de hasta 3 años y multas económicas que logran alcanzar hasta los 45 mil euros; mientras que en ciudades como Roma y Moscú, las sentencias por agresión pueden alcanzar hasta 10 años de prisión.