Sin duda muchos mexicanos se enteraron del artículo de opinión del ex Fiscal de Estados Unidos, William Barr, publicado en el influyente The Wall Street Journal.
Claro, debieron enterarse en redes y plataformas digitales ya que la timorata prensa mexicana –llamada prensa nacional–, ignoró el texto, en uno más de los actos de censura ordenados desde Palacio.
Aún así, sorprendió a muchos la acusación lanzada contra el presidente López Obrador, a quien Barr culpó de proteger a las bandas criminales.
Sí, con todas sus letras, desde Estados Unidos llegó la definición de una conducta que aquí hemos documentado durante años.
La conducta del “narco-gobierno” de López Obrador
Sin embargo, no debiera sorprender que el ex fiscal de Estados Unidos acuse al gobierno mexicano como “narco-Estado”; tampoco que llame al mandatario mexicano “narco-presidente”; que califique a su gobierno como “una gestión fallida” y que asegure que la corrupción hace imposible que México sea capaz de combatir a las bandas criminales.
Lo cierto es que Barr, como pocos, conoce México, al presidente Obrador y a su gobierno. Y sin duda sabe de lo que habla
¿Por qué?
Porque a lo largo del gobierno de Donald Trump, el hoy ex fiscal dedicó muchos tiempo al análisis de la política mexicana, del gobierno de AMLO y del propio López, al extremo de pactar un acuerdo inconfesable que, a su estilo mentiroso, no cumplió el presidente mexicano.
Por eso, el artículo de opinión de William Barr, publicado en The Wall Street Journal, debe ser visto como un reproche, un reclamo o un “cobro de facturas” del ex Fiscal norteamericano al presidente mexicano.
¿Y si lo dudan, vamos por partes?
La noticia más destacada en México el 5 de diciembre de 2019 fue el encuentro entre López Obrador y William Barr, en Palacio Nacional. Según la información oficial se trató de una reunión con todo el gabinete de seguridad mexicano, en donde el entonces Fiscal norteamericano exigió a México un mayor esfuerzo en la lucha contra las bandas criminales.
Sin embargo, lo que se ocultó a los mexicanos es que también existió una reunión privada entre Obrador y Barr, en donde el mandatario mexicano y el Fiscal norteamericano pactaron la detención de Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública con Felipe Calderón y del general Salvador Cienfuegos, secretario de Defensa con Peña Nieto.
El pacto establecía que la detención debía realizarla el gobierno de Estados Unidos, en su territorio y los funcionarios debían ser llevados a juicio en aquel país. Lo que pretendía AMLO con tales detenciones era apuntalar su discurso de que los gobiernos que lo antecedieron eran “narco-gobiernos”.
Curiosamente, Genaro García Luna fue detenido cuatro días después del encuentro entre AMLO y Barr; el 9 de diciembre del 2021.
Pero hay más curiosidades: resulta que el artículo de opinión de William Barr se publicó en la edición del 3 de marzo del 2023, del Wall Street Journal; es decir, 12 días después de que el “súper policía” mexicano fue declarado culpable por una Corte de Nueva York, por presuntos vínculos con el crimen.
Lo cierto es que el artículo de Barr parece un “ajuste de cuentas” del ex fiscal norteamericano con un nada confiable presidente mexicano.
Pero existe una curiosidad más: el texto de William Barr apoya abiertamente la propuesta de los representantes republicanos, Dan Crenshaw, de Texas y Michael Waltz, de Florida –presentada en enero al Congreso de EU–, para considerar como terrorismo el tráfico de drogas. ¿Es casualidad?
Está claro que no existen casualidades. Y por eso, aquí la parte medular del artículo de William Barr: texto que censuró el gobierno mexicano.
¡Hagan su propio juicio!
El artículo se titula: “Estados Unidos debe derrotar a los cárteles de la droga en México” y dice lo siguiente: “Hoy, el principal facilitador de los cárteles es el presidente Andrés Manuel López Obrador; los protege invocando constantemente la soberanía de México para impedir que EU tome decisiones efectivas…. Por eso tenemos derecho a defendernos”.
Y explica: “Casi todas las drogas ilícitas que ingresan a EU están controladas por cárteles mexicanos, principalmente los que tienen sede en los estados de Sinaloa y Jalisco; organizaciones paramilitares que utilizan tácticas de soborno y terror para atrincherarse esencialmente como estados dentro del Estado; controlando grandes áreas de México”.
Y diagnóstica así el narcotráfico en México: “La cabeza de la serpiente está en México y ahí es donde se debe dirigir el empuje principal de nuestros esfuerzos (ya que) los cárteles mexicanos han florecido porque las administraciones mexicanas no han estado dispuestas a enfrentarse a ello. La Excepción fue el presidente Felipe Calderón (2006 2012), que quería ir con todo contra los cárteles pero las prioridades de Estados Unidos estaban en otro lado en ese momento”.
Y acusa al mandatario mexicano: “El presidente Andrés Manuel López Obrador no está dispuesto a tomar medidas que desafíen seriamente a los cárteles… aún así, México no puede hacer el trabajo por sí mismo porque su sistema de justicia penal es disfuncional, ya que el 95 por ciento de todos los delitos violentos quedan impunes y la corrupción generalizada en todos los niveles del gobierno de México hace que sea casi imposible montar operaciones policiacas o militares efectivas, sin que los cárteles sean informados con anticipación”.
Y cuestiona: “Qué se necesita para derrotar a los cárteles mexicanos?”
Y él mismo responde: “En primer lugar, un esfuerzo estadounidense mucho más agresivo dentro de México que nunca antes, incluida una importante presencia de las fuerzas del orden y de inteligencia de los EU; así como capacitación militar selectiva. En segundo lugar, el peligro que representan los cárteles para EU requiere que los enfrentemos principalmente como amenazas a la seguridad nacional, no como un asunto de aplicación de la ley. Los narcoterroristas se parecen más a ISIS que a la mafia estadounidense”.
Y finaliza: “Los cárteles tienen a México en un dominio absoluto, como el de una pitón. Se necesita el liderazgo estadounidense para ayudar a México a liberarse. No podemos aceptar un narco-Estado fallido en nuestra frontera proporcionando refugio a los grupos narco-terroristas…”. (Fin de la cita)
¡Más claro, imposible!
Sí, el gobierno de Estados Unidos considera a México como un Estado corrupto y fallido; como un “narco-estado” y al presidente mexicano como un “narco-presidente”.
Sí, de nuevo el tiempo nos da la razón.
Al tiempo.
