Ni en los tiempos de la hegemonía del más rancio PRI, se tiene un presupuesto para secretarías de estado donde se anunciaron asistencia social y apoyo a la población.
Dependencias como la Secretaría de Educación Pública (SEP), que tuvo 291 mil 813 millones de pesos, pasará a 300 mil 140 millones, y la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, que manejará el programa de becarios, tendrá de 4 mil 192 millones a 43 mil 269 millones, es decir, 932 por ciento más.
Así como la Secretaría del Bienestar (antes Sedesol) de 106 mil 645 millones de pesos en 2018 aumentó a 148 mil 491 millones en 2019, un incremento de 40 por ciento más, y Turismo, de 4 mil 67 millones a 8 mil 785 millones de pesos, que es un 116 por ciento, a pesar de la cancelación de la Oficina de promoción turística.
A pesar de haber prometido un programa de autosuficiencia alimentaria y apoyo al campo la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural tendrá una reducción del 28 por ciento, de 80 mil 212 millones a 57 mil 343 millones de pesos.
Así áreas estratégicas como Comunicaciones y Transportes, Hacienda, Gobernación, Agricultura, Marina y Medio Ambiente, así como la Procuraduría General de la República y la Comisión Reguladora de Energía sufrirán recortes.
Ahora se viene la formación de clientelas y maquinaria electoral, algo que funcionó cuando Andrés Manuel López Obrador fue jefe de Gobierno del Distrito Federal -hoy Ciudad de México-