El pasado 27 de noviembre, la CNTE convocó –de forma unilateral–, a un debate con el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño.
De acuerdo con la cúpula de la Coordinadora, el diálogo ocurriría en las escalinatas del Auditorio Nacional.
No obstante, para sorpresa de nadie, Nuño no acudió.
De acuerdo con la CNTE –y con la prensa afín al movimiento–, el ejercicio fue un diálogo fallido. Fue un desaire de la SEP al magisterio disidente.
No obstante, aquí preguntamos, ¿qué tienen que debatir Nuño y la CNTE?
¿Qué esperan pactar los maestros disidentes con el nuevo titular de la SEP?
¿Acaso esperan recuperar sus prerrogativas?
En entrevista para La Otra Opinión, el Maestro Francisco Landero –director del consejo consultivo de SUMA por la Educación–, aseguró que la CNTE tiene todo el derecho de convocar al secretario Nuño. Del mismo modo en que Nuño puede acudir –o no– a la cita con la Coordinadora.
En el fondo, explicó Landero, el diálogo es necesario; el diálogo es la ruta hacia los acuerdos, hacia la puesta en marcha de programas y hacia la resolución de los problmas entre la disidencia y la autoridad.
Por lo anterior, en opinión del experto, sí debe existir un acercamiento entre la CNTE y la SEP. Para Landero, es importante que la Coordinadora se siente con Aurelio Nuño y dialoguen sobre educación, sobre reformas y sobre condiciones laborales.
Sólo así, concluyó el especialista, será posible mejorar –y garantizar–, este servicio que ofrece el Estado.
