la geopolítica del poder desde el poder

El proceso del análisis geopolítico, ha tenido una génesis muy interesante, pues durante cada proceso histórico de auge y caída de imperios, de formación de naciones y Estados, la construcción geopolítica ha sido fundamental para la sociedad que se ha ido formando a lo largo de los siglos.  Ahora bien, a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la práctica de la jurisprudencia no podía dar una respuesta a la acción de la praxis del poder y menos aún, a la convivencia entre Estados, naciones e imperios, pues si bien, se buscaba que la norma jurídica fuera la que diera certidumbre a la sociedad internacional del momento, no se podía dar una explicación con infalibilidad del balance del poder imperante.

 

De ahí el surgimiento de la Sociología y posteriormente de la Ciencia Política, pero desde la perspectiva de la acción del poder, la estrategia y el control del escenario internacional, tampoco daban la respuesta que requerían los gobiernos en turno en las potencias del momento.  Si bien estas ciencias, son fundamentales para el estudio de las sociedades, de la vida política de las naciones, no daban una respuesta a una situación más en concreto: como entender el ejercicio del poder desde el poder. 

 

Por lo tanto, la geopolítica desde su aparición hasta la fecha, tiene como encomienda principal, la de entender, analizar, conceptualizar y teorizar la acción del poder, a partir del escenario del conflicto.  Durante casi un año y medio, la sociedad global ha sido testigo de la atroz intervención que ha llevado el gobierno de Vladimir Putin, sobre Ucrania, reclamando el territorio del Donbás, asumiendo la postura de una factible agresión por parte de fuerzas ucranianas a su nación y una larga lista de supuestos agravios, pero lo cierto,  es que la guerra impuesta es más una acción para reconstruir el otrora imperio soviético y recuperar su posición como superpotencia, tal como lo había sido durante el periodo de la Guerra Fría. 

 

Sin embargo, la guerra ha sacudido una diversidad de análisis, que van desde aceptar que nos encontramos en las primeras acciones de una Guerra Fría 2.0, como también, que prevalece la disputa por el control del orden global; y es justamente en esta condición, que la guerra sobre Ucrania, permitió que el escenario de confrontación en el Mar de China, escalara a una condición de mayor tensión, a razón de las acciones que ha venido asumiendo la Republica Popular de China (RPCh). 

 

Bajo este clima de tensa condición, las acciones geoestratégicas, se han desembocado al escenario africano, dónde los diversos problemas de enfrentamiento étnico, migración, fundamentalismos religiosos, aunados a un creciente movimiento anti-occidental, están gestando las condiciones de una alta inestabilidad en la región del Sahel (de la palabra árabe costa o borde, esta zona se ubica entre el desierto del Sahara y la sabana sudanesa, a su vez, se proyecta desde la costa del océano Atlántico, hasta el mar Rojo, en dónde se ubican: el norte del Senegal, la parte sur de Mauritania, el norte de Burkina Faso, el centro de Mali, el sur de Níger, el norte de Etiopia y el centro de Sudán y Chad, además de Eritrea, con alrededor de 150 millones de habitantes). 

 

En esta zona geográfica una de las principales preocupaciones es la actividad de grupos terroristas como Boko Haram, una facción de Al-Qaeda, en la denominada región del Magreb Islámico, que corresponde al norte de Malí, la parte del este de Mauritania, además de Níger y el oeste de Chad.  Justamente en Níger, el pasado 26 de julio de este año, soldados de la guardia presidencial, autonombrados Consejo Nacional para la Salvaguarda de la Patria, retuvieron al presidente constitucional, Mohamed Bazoum y a su familia, al interior del palacio presidencial en Niamey, llevando a cabo un golpe de Estado.

 

Ante los hechos acontecidos, desde el análisis de la geopolítica, no son actos fortuitos y mucho menos provocados por la mera irritación social o por el mal manejo del Estado por parte de los gobernantes; esto debido a que en la región del Sahel, en los últimos 4 años, han acontecido diversos golpes de Estado, con la imposición de una junta militar, primero fue Sudán en el año de 2019, posteriormente Malí en 2020 (en plena pandemia), seguido de Chad al año siguiente y en este mismo año, Burkina Faso y Níger. 

 

La relevancia para esta situación, es la presencia del grupo Wagner, compañía de mercenarios, propiedad de Yevgeny Progozhin (actualmente se encuentra en Minsk, Bielorrusia; después del supuesto golpe de Estado contra Putin), pues desde hace algunos años, han venido operando a favor de los intereses rusos en el continente africano, realizando diversas actividades de apoyo, para recuperar su presencia, tal como aconteció entre 1960 a 1980, del siglo pasado durante la era soviética.

 

En primera instancia, de acuerdo a los datos especializados, las tropas legionarias de Wagner, se sitúan en Sudán, Malí, Burkina Faso, Chad y el propio Níger.  En el primero de los casos, la presencia de los agentes mercenarios, data de 2017, cuando el entonces presidente del Sudán, Omar Al Bashir, firmó un acuerdo con Moscú para obtener la presencia de este grupo con un contingente de 500 efectivos, que estaban encargados de la explotación de minas de oro, a través de la empresa M-Invest, que de acuerdo a las fuentes de inteligencia occidental, es parte del grupo Wagner. 

 

En el caso de Malí, la junta militar ha respaldado abiertamente, la actuación de los mercenarios dirigidos por Yevgeny Progozhin, argumentando que se encuentran en esa nación, para resguardar las áreas estratégicas y de infraestructura crítica, desplazando poco a poco, las tropas francesas, que estaban ahí para combatir a la insurgencia islámica de Boko Haram, retirándose por completo el año pasado, siendo sustituidas por los mercenarios rusos. 

 

En cuanto a Burkina Faso, oficialmente, los intermediarios para la compra-venta de armamento ruso y de su entrenamiento, es el grupo Wagner, pero de nueva cuenta, los informes de la inteligencia occidental, ha identificado que parte de las acciones de Wagner, van mas allá de lo señalado, para ser parte de su estructura operativa y apoyar a la junta militar a través de operaciones de obtención de información de los grupos rebeldes.

 

Ahora bien, la presencia de Wagner en el Chad, es por demás importante, pues esta nación es colindante con Libia y República Centroafricana, siendo una especie de hub al interior del Sahel, por lo que las operaciones del grupo Wagner, han sido en apoyo del grupo en el poder para enfrentar a los grupos disidentes que buscan terminar con la actual junta militar.  De igual manera, la estancia de los mercenarios de Yevgeny Progozhin, en la República Centroafricana, es a partir de la retirada de las tropas francesas en 2017, apoyando al régimen de Faustin-Archange Touadéra, que libra una guerra civil desde 2013, recibiendo como pago acceso a los recursos mineros de la nación y a una posición privilegiada en el círculo presidencial. 

 

En el tablero mundial, nada es fortuito, nada es ocasional, las condiciones de los intereses nacionales, provocan que los actores utilicen todo tipo de medios para lograr sus fines, por tal sentido, la desestabilización que se ha venido gestando en lo que se denomina Sahel no es fortuito, es parte de un entramado delicadamente preparado para que naciones como Francia, abandonaran sus posiciones para ser ocupadas por la Federación Rusa, necesitada de posiciones estratégicas, de nuevos aliados y de recursos para afrontar el bloqueo económico. El juego se mantiene y otro escenario aparece para que los jugadores establezcan sus estrategias y tácticas, para aplicar el ejercicio del poder, desde el poder. 

 

Mientras tanto, las corcholatas, mantienen su danza, su actuar, en medio del conflicto por los Libros de Texto Gratuitos, cuyos contenidos apuestan por la ideologización y el adoctrinamiento (además de la diversidad de errores en todo sentido), dejando de lado a la ciencia, al conocimiento y a la superación personal. La danza de las corcholatas, no mira el fracaso educativo, solo ser el favorito del profesor…