Además de dejar a cientos de familias afectadas directamente por la muerte de varios de sus integrantes, el virus de COVID-19 también arrasará con la economía de millones de mexicanos que inevitablemente regresarán a formar parte de la estadística de pobreza extrema en el país, pese a los avances obtenidos en los últimos años.
Así lo advirtió la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), quienes adelantaron que en México se espera que entre 14.9 y 21.7 millones de ciudadanos no podrán tener los recursos necesarios para comprar artículos de la canasta básica.
Hasta el momento, estima Julio Berdegué, representante de la FAO en América Latina y el Caribe, en la región centro y sur del continente se han registrado hasta 10 millones de niños que han visto limitado el suministro de alimentos en escuelas, siendo ésta la única fuente segura para comer.
“Tenemos que hacer esfuerzos muy profundos para evitar que esta crisis sanitaria se convierta en alimentaria”, alegó la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena.
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Por su parte, la Cepal recomendó a los países latinoamericanos destinar un total del 0.06 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de toda la zona sólo para garantizar que los adultos mayores tendrán alimentos; además del 0.45 por ciento para dignificar la vida de las personas que se encuentran en pobreza extrema.
“Es muy urgente adoptar medidas de estímulo. Definitivamente, acciones llamadas contracíclicas, de estímulo fiscal, pueden ayudar a potenciar el ingreso del ciudadano, además de un bono contra el hambre”, explicó Bárcena.
