Desde que la pandemia por COVID-19 arribó a México —a finales del mes de febrero—, prácticamente, ha infectado a todos los sectores de la sociedad, y la clase política no ha estado exenta, mucho menos los funcionarios de la “Cuarta Transformación”.
Durante estos meses, diversos integrantes del gabinete del presidente Andrés Manuel López Obrador se contagiaron con la nueva cepa y tuvieron que mantenerse en aislamiento el tipo que dure o duró su recuperación.
El primer caso fue el de Irma Eréndira Sandoval, titular de la Secretaría de la Función Pública (SFP); después le siguió Ricardo Sheffield, encargado de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
Luego Ricardo Peralta, subsecretario de Gobernación, contrajo coronavirus; así como Roberto Velasco, vocero de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE). Cabe señalar que estos cuatro servidores ya se recuperaron.
Los que aún están enfermos
Sin embargo, hay otros cuatro funcionarios federales que todavía están enfermos, como son los casos de Zoé Robledo, director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS); y Javier Guerrero García, secretario general del IMSS.
Además de Humberto Pedrero, director de finanzas del IMSS, y Héctor Robles Peiro, encargado de la Unidad de Evaluaciones de Delegaciones de dicho instituto.
Tales personajes recientemente contrajeron la nueva enfermedad, por lo que de espera que la superen en, aproximadamente, 15 o 20 días, que es el promedio establecido por los médicos.
Hasta el momento, López Obrador ha esquivado al COVID-19, sobre todo, porque convivió con Zoé Robledo días antes de que éste diera positivo a la prueba.
Con información de Político MX