Vuelven las manifestaciones de la CNTE; alumnos toman clases en la banqueta

Tan solo 18 días es el tiempo que las calles de la capital del país estuvieron libres de bloqueos o manifestaciones de la CNTE.

Apenas el pasado  14 de septiembre, dirigentes de la Coordinadora acordaron retirar el plantón que mantenían en la Ciudadela para retomar sus actividades en las aulas. Sin embargo, en cuanto las autoridades intentaron aplicar la ley, la CNTE volvió a la carga con el bloqueo de vialidades y la amenaza de nuevas movilizaciones.

Esta semana, la Secretaría de Educación Pública anunció nuevos despidos de maestros.  Se trata de 28 docentes de diversas escuelas pertenecientes a las delegaciones Tláhuac, Cuauhtémoc  e Iztacalco que acumularon cuatro o más faltas por su participación en el paro de labores en protesta contra la Reforma Educativa.

En respuesta, Francisco Bravo y Enrique Enríquez, integrantes de la sección 9 de la CNTE, amenazaron con nuevas movilizaciones e incluso de un plantón en el Zócalo capitalino en protesta por el despido de sus correligionarios. Bravo incluso evidenció que la CNTE entiende el diálogo y la negociación como chantaje y manipulación de la ley, pues se quejó de durante las mesas de negociaciones con el gobierno debió quedar “sobreentendido” que la Coordinadora no quería nuevos despidos.

Aunado a las amenazas de nuevas movilizaciones, desde este lunes, la Escuela Primaria Leonardo Bravo —ubicada en la Delegación Cuauhtémoc— se encuentra cerrada en protesta por el despido de 11 maestros faltistas. Ante ello, este martes los alumnos del plantel tuvieron que tomar clases en la banqueta.

En la calle, los docentes cesados de la escuela —cuyo director es precisamente por el líder de la sección 9 de la CNTE, Francisco Bravo— imparten clases a los estudiantes mientras algunos padres de familia mantienen bloqueada la Calzada Misterios en solidaridad con los maestros faltistas.

Acaso lo más grave es que los padres de familia no sólo manifiestan su apoyo a los profesores cesados; también afirman que no permitirán que se apliquen los despidos, e incluso dicen haber sido ellos mismos quienes autorizaron el cierre de la escuela.

Ante ello, muchos se preguntan, ¿Por qué los padres de familia apoyan a los maestros faltistas? Y peor aún, ¿Por qué obstruir la aplicación de la ley?

Y es que si los maestros faltaron más de cuatro ocasiones sin justificación alguna e infringieron la Ley General del Servicio Profesional Docente , el hecho de que no haya consecuencias sería un acto de impunidad.

Entonces, ¿Con qué cara podrían estos padres de familia exigir justicia y legalidad cuando ellos mismos pretenden obstruir la aplicación de la ley?