En dos meses más de 20 mil migrantes africanos arribaron en Tapachula, Chiapas a través de la frontera de México con Guatemala. Su objetivo es llegar a Estados Unidos, tras huir de la violencia en su continente.
El Instituto Nacional de Migración (INM) reportó que los desplazados africanos saturaron la estación de migración de Tapachula con la petición de una licencia para poder transitar sin problemas por el país. Hasta el momento se han otorgado 12 mil permisos con el fin de que los migrantes no caigan en manos del crimen organizado.
Sin embargo, César Augusto Cañaveral Pérez, integrante de la Pastoral de Movilidad Humana de la Diócesis de Tapachula, señaló que los migrantes viven en condiciones de hacinamiento y que son agredidos en los lugares donde se alojan.
Además contó que hay indicios de la operación de bandas de delincuentes que trafican personas.
Sin duda la situación es alarmante y riesgosa. En estos casos lo mejor para todos es hacer acuerdos políticos, como el que se dio en la crisis migratoria cubana en 2015, cuando cerca de mil 100 migrantes de Cuba fueron expulsados tras el cierre de la frontera entre Nicaragua y Costa Rica, y otros 2000 más se quedaron varados en la frontera entre Panamá y Costa Rica.
Ante el problema, los mandatarios de los países del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) a los que se sumaron Colombia, México, Ecuador y Cuba dieron alojamiento y ayudaron a transportar a estos cubanos a la Ciudad de México, Nuevo Laredo y Ciudad Juárez con tal de evitar que un problema mayor.
