La tragedia no podría ser peor.
Toda una entidad federativa en manos del crimen, con un gobierno estatal incapaz de cumplir los básicos para los que fue electo y, sobre todo, convertido en territorio de las peores peleas políticas de Morena.
Y es que el estado mexicano de Zacatecas ya no sólo ha sido declarado como la región más peligrosa del mundo.
No sólo es la entidad federativa mexicana más violenta y con el mayor número de víctimas mortales sino que se trata del territorio donde el presidente mexicano y uno de sus potenciales sucesores dirimen diferencias y ensayan vencidas.
Claro, pelean a costa de cientos de miles de vidas y del terror de una población que huye sin fin de la violencia y el crimen.
Una entidad en donde no solo son asesinados militares de alto rango, sino jueces y en donde a diario se suman cientos de familias al luto de perder a un hijo, un hermano, un padre… en medio de una guerra incontenible entre bandas criminales.
Sí, incluso el estado mexicano de Zacatecas resulta hoy más peligroso que regiones en guerra.
¿Y cuál es la respuesta del presidente mexicano frente al terror llamado Zacatecas? ¿Qué dice un mandatario que prometió acabar con la violencia, con las masacres y que sigue creyendo en esa estulticia de Estado llamada “abrazos, no balazos”?
La respuesta está a la vista de todos: López Obrador reacciona con un insultante aplauso a sus políticas fallidas; con un ofensivo desprecio por la vida de los ciudadanos y con una grosera complicidad oficial con las bandas criminales.
Y es que parece que en la tragedia llamada Zacatecas el presidente no sólo celebra sino que estimula el fracaso de “los Monreal” en el feudo de uno de los precandidatos presidenciales peor visto por Palacio.
Sí, Zacatecas es el feudo de “los Monreal” y, por eso, desde Palacio se estimula la bíblica batalla de Caín contra Abel; pelea entre hermanos para extinguir a la dinastía.
Sólo así –mediante la estrategia para lograr el exterminio del feudo de los Monreal–, se explica que Zacatecas haya llegado a los niveles impensables de violencia criminal a los que ha llegado; a la ingobernabilidad extrema y, en especial, a todos los excesos en la violación de la Ley Suprema.
Y queda claro, a partir de los hechos, que en la medida que desde Palacio se debilita “el feudo Monreal”, en esa medida se derrota “al indeseable” Ricardo Monreal, quien se ha convertido en el principal estorbo para que López Obrador consume la imposición de su Maximato.
Pero vamos al paso a paso.
1.- No hay duda de que los dos mayores “animales políticos” de Morena se llaman, en ese orden, López Obrador y Ricardo Monreal.
2.- Tampoco existe duda de que los dos “grandes maestros” de la traición, la mentira y el engaño en Morena se llaman, también en ese orden, Obrador y Monreal.
3.- Más aún, hasta se podría decir que Monreal fue el “maestro de la traición” para AMLO. Y es que Monreal lleva en sus alforjas la militancia en cinco partidos políticos distintos; todo un doctorado de traición
4.- Y precisamente por esa cualidad de “maestro de la traición”, López Obrador no confía en Monreal. ¿Y por qué la desconfianza?
5.- Porque López sabe que Monreal es el único precandidato presidencial que ya tiene asegurado su nombre en la boleta electoral del 2024.
6.- Y por eso, de ser presidente, sin duda que Monreal llevará presos a López Obrador y a su pandilla.
7.- Y es que Monreal cumple con todas las cualidades políticas para ser presidente, sobre todo la cualidad de la deslealtad.
8.- Y esa cualidad, para AMLO, es la peor amenaza.
9.- Por eso, por órdenes de Palacio se calienta la plaza en Zacatecas; para que el líder del Senado de la República, Ricardo Monreal, se vea obligado a convocar a la desaparición de poderes en Zacatecas.
Con ello, se acabará el feudo de “los Monreal” y el verdugo de David se llama Ricardo. Los dos Monreal.
10.- Sin duda una jugada perversa propia “del rey de la perversión política”, López Obrador.
Aquí no sabemos quién saldrá victorioso de “la guerra de Zacatecas”, pero sí sabemos que los perdedores son los zacatecanos, los mexicanos y la democracia toda.
Así o más claro.
Al tiempo.
