Facebook atraviesa por una crisis de desprestigio causada por escándalos políticos como el haber permitido la intromisión rusa en las elecciones presidenciales de Estados Unidos y el uso de datos personales por parte de Cambridge Analytica, también con motivos de manipulación electoral.
Además de la lastimada reputación de la que padece esta red social creada por el estadounidense Mark Zuckerberg, la factura económica se vio reflejada en el desplome de sus acciones en la bolsa.
Sin embargo, en las oficinas de Facebook parecen haber perdido el control de su propia red social, pues a propósito o no, permiten que ejércitos de “bots” políticos posean una colosal injerencia en el proceso electoral de este 2018 en México, en donde el próximo 1 de julio se elegirá al siguiente presidente.
El modus operandi de estos usuarios llamados “bots” consiste en crear comunidades privadas (“grupos”) en los que se comparten publicaciones de adversarios y personas o medios con los que no comulgan. Al compartir la publicación “contraria” escriben el comentario: “ya saben qué hacer“.
Dicha consigna significa que todos los miembros del grupo deberán “reportar” la publicación, con el objetivo de que los administradores de Facebook la censuren, lo que significa una grave violación a la libre expresión y diversidad de pensamiento; otra prueba más de la intolerancia que representa el llamado “líder mesiánico”.
