Para nadie es un secreto que el estandarte para que Andrés Manuel López Obrador lograra conseguir la Presidencia de México fue, por supuesto, una completa transformación, sin embargo, parece que sólo se trató de un slogan utilizado para ganar votos pero que, en realidad, no ha sido cumplido.
Así lo muestran las cifras de homicidios dolosos las cuales, de acuerdo con el Índice de Paz de México 2020, alcanzan 2.5 víctimas por cada 100 mil habitantes, números que han roto cualquier récord registrado hasta el momento.
Y es que, pese a que se habló de una cuarta transformación, la manera en la que instituciones públicas encardas de impartir justicia continúan ejerciendo su trabajo es muy parecida a los sexenios anteriores: los afectados terminan siendo revicitmizados y hasta tienen que desembolsar cantidades ridículas de dinero para tener acceso a lo que se supone es su derecho.
Por ello, la extitular de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), Mara Gómez, aseguró que ni con la llegada del tabasqueño al poder se ha quitado lo “clientelar y desigual” al sistema de justica.
Habrá que recordar que fue la misma Mara quien renunció a su cargo a tan sólo seis meses de haber sido nombrada pues denunció que existe un selecto grupo de abogados que utilizan la falta de interés de las autoridades y la reparación de daños para realizar negocios debajo del agua y así entorpecer el verdadero trabajo del Poder Judicial.
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“Lo primero que necesita una víctima es verdad, justicia y sí, una reparación, pero el punto es que nunca se ha trabajado ni en justicia, ni en verdad entonces entra el dinero (…) Algunos abogados se empiezan a dar cuenta que la reparación, que han priorizado los gobiernos, todos los gobiernos incluso este, es el de la reparación económica, no hay justicia, no hay verdad pero hay dinero. Entonces saben que hay un fondo que tiene millones y que pueden convencer a los jueces que dicten sentencia y de ese dinero, que en teoría debería de ser para las víctimas, los abogados se quedan, según testimonios de las propias víctimas, entre el 40 y 60%”, alegó Gómez.
Así que, pese a que hay otra administración de por medio, las malas prácticas y la corrupción continúan, incluso cuando el presidente asegura que ya no existe.
Con información de Forbes
MC
