Un desacuerdo por el control de la presidencia de la Junta de Gobierno ha impedido el arranque de la 64 Legislatura del Congreso de Hidalgo.
La tarde del martes, el presidente de la mesa directiva, Humberto Veras, de Morena, declaró un receso indefinido en la sesión constitutiva, ante la falta de acuerdo entre las bancadas.
La presidencia de la Junta de Gobierno correspondía a la fuerza mayoritaria en el Congreso, pero una reforma aprobada al término de la pasada Legislatura estableció que fuera rotativa. Pero, como es costumbre, la bancada de Morena, que cuenta con 17 de las 30 curules del Congreso, se inconformó con la reforma y con la decisión de otorgar la presidencia a la priista María Luisa Pérez Perusquía.
Por lo que este miércoles, un grupo de legisladores acudió al Senado para solicitar la desaparición de poderes en la entidad. Los inconformes fueron recibidos por el coordinador de Morena en la cámara alta, Ricardo Monreal, quien propuso agotar la vía del diálogo antes de iniciar el procedimiento y, de no ser así, llegar hasta las últimas consecuencias y desaparecer los poderes.
Lo anterior implica, además de una posición política, una posición jurídica, además de ser una total intromisión de poderes federales y que debería ser resuelto en Hidalgo.
Es decir, si Morena tiene mayoría, cuentan con la posibilidad de resolver por las vías legislativas el problema en cuestión. En cuanto reanuden sus sesiones y en uso de esa mayoría, aplicando los mecanismos legislativos correspondientes, pueden darle al Congreso de Hidalgo la dirección que ésta mayoría pueda determinar.
