VÍCTIMA O VERDUGO. LA COMPLEJIDAD DE LA TRAGEDIA DE TORREÓN

Los días pasan y las víctimas, los familiares, las autoridades y la población en general intentan entender las causas y las razones que llevaron a un niño a escenificar tamaña agresión que dejó muerta a su maestra, heridos a varios de su compañeros y cancelada su propia vida.

Ante lo aterrador de los hechos, se buscan explicaciones fáciles o superficiales como culpar a los videojuegos y tal vez tengan su porción de responsabilidad pero no se puede pensar de manera simplista que los videojuegos de agresión y violencia despierten el  instinto asesino del jugador.

Entender la tragedia de Torreón es complicado porque no es resultado de una causa, sino que un evento así necesariamente es multifactorial: el vínculo con los padres, el ambiente familiar, el medio externo, la escuela, la salud mental del menor, entre otros.

El medio ambiente en que vivía José Ángel no ha sido claro lo que dificulta aún más poder entender las razones y las causas que llevaron al menor a actuar de la manera en que lo hizo.

Sin embargo, una situación que llama la atención es que el menor fuera descrito como un buen alumno, que sacaba buenas calificaciones, además de ser un niño tranquilo y que no se metía en problemas.

La pregunta central que surge es: ¿por qué un niño catalogado como tranquilo que aparentemente se desenvolvía en su medio de manera adecuada, pudo haber planeado un ataque de tal magnitud?

Desde el psicoanálisis esta aparente adaptación a su medio puede encontrar explicación en los mecanismos de defensa y de manera particular en el que Freud denomino como “escisión”.

Este mecanismo consiste en que en la mente del sujeto pueden estár coexistiendo dos actitudes psíquicas —-dos ideas o realidades—-, respecto a la realidad exterior. Una parte puede estár en perfecta conexión con esa realidad externa pero la otra no.

La otra parte de la mente puede estár renegando esa realidad y la sustituye por una producción que lleve al sujeto a vivir una realidad diferente producto de un deseo.

En el caso de José Ángel, una parte de su mente pudo estár conectada con una realidad externa en la que funcionaba según las demandas de su medio.

Pero al parecer había otra en donde se alojaban “sus infiernos” y sus odios como resultado de sus  vivencias traumaticas, desilusiones, perdidas, abandonos y de sus soledades entre otros aspectos.

Es así, que en esta otra parte de su mente José Ángel parece haber fraguado ese plan de agresión y muerte y que por lo mismo era una parte de su personalidad que se cuidaba de mostrar hasta que llegó el día en que le anunció a sus compañeros con la frase “hoy es el día”; frase que sus compañeros seguramente no entendieron hasta después de los sucesos.

La tragedia es compleja y para comprenderla y establecer situaciones preventivas se requiere de hacer un análisis a conciencia que tome en cuenta todos los factores y que no sólo se busquen culpables de manera simplista.