El pasado 24 de agosto, de manera casi inadvertida, el Congreso de Chiapas modificó la Constitución local de forma “casualmente” coincidente con los intereses del gobernador Manuel Velasco.
El congreso chiapaneco —dominado por el PVEM, mismo partido del gobernador— modificó el artículo 56 para que la renuncia del gobernador pueda ser también aceptada cuando se presenta de forma “expresa”, y no únicamente cuando se trata de una “causa grave”, como indicaba antes la ley. De este modo, Velasco podrá separarse en los próximos días de su cargo para asumir un escaño plurinominal en el Senado.
Además, los diputados locales modificaron los artículos 45, 52 y 55 para que el Congreso, afín al gobernador, pueda elegir a su sustituto. También se eliminaron requisitos para ser gobernador sustituto que hacían inelegibles a los colaboradores más cercanos del “Güero” Velasco.
Por si fuera poco, se incluyó en la Constitución local la posibilidad de que ante la ausencia del gobernador, el Congreso nombra a un gobernador provisional que duraría en el cargo sólo 10 días. Y en el colmo del cinismo, se modificó el artículo 52 para que el gobernador sustituto pueda ser quien ocupó el Ejecutivo en el mismo periodo.
En síntesis, gracias al madruguete del Congreso que controla, Manuel Velasco podría pedir licencia como gobernador; dejar en el cargo por 10 días a uno de sus carnales para asumir como senador; luego pedir licencia como senador; y finalmente asumir nuevamente como gobernador. Es decir, Velasco se convertiría en su propio sustituto.
Curiosamente, ante el “madruguete legislativo” de Velasco y la bancada del PVEM en el Congreso de Chiapas, Morena ha guardado silencio.
El pasado mes de julio, diputados electos de de Morena en Sonora cuestionaron que “en lo oscurito y sin informar al pueblo”, la gobernadora priista Claudia Pavlovich, impulsó reformas para minar el poder de la próxima legislatura local, de mayoría morenista.
Asimismo, morenistas en el Estado de México reclamaron que el gobernador Alfredo Del Mazo aprovechó la mayoría priista en el Congreso local para reestructurar la deuda antes de que la próxima legislatura tenga mayoría obradorista.
En ambos casos, el reclamo de Morena fue airado. Pero en Chiapas, donde Manuel Velasco aprovechó la mayoría del PVEM en el Congreso para modificar la ley a su conveniencia “en lo oscurito y sin informar al pueblo”, Morena guardó silencio cómplice.
¿Tendrá algo que ver la alianza de AMLO con Manuel Velasco a través del abuelo del gobernador, Fernando Coello?
